lunes, 17 de junio de 2024

LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 8

CAPITULO 8

DESPIERTA, YA LLEGAMOS

 


Ya llevaba un buen rato caminando, estaba atento del rudimentario camino de tierra para no tropezarme con algún tronco o enredadera salidos de la frondosa vegetación, aunque la gran cantidad de neblina no ayudaba mucho en eso. Fue hace aproximadamente media hora que había despertado en este sitio, me encontraba un poco desorientado, confundido, me costaba hacer memoria, no comprendía él porque estaba acá, lo último que recuerdo es haberme dormido en una silla…un asiento, mejor dicho, creo que estaba yendo a un lado.

Camine un poco más mientras intentaba hacer memoria, en un momento llegue a un pequeño rio, el cual no se veía muy bien, no comprendía si era por mi confusa visión o porque este estaba contaminado, pero prefería no averiguarlo, y sobre el yacía un puente de madera, el cual se veía bastante viejo, y daba indicios de que hacía mucho tiempo que había quedado en desuso. En ese momento me plantee si debía dar vuelta atrás o buscar otro camino, pero dado que en todo lo que llevaba caminando no había hallado ni una desviación y rastro de civilización salvo por ese puente, pues no tenía muchas alternativas.

Me acerque con mucho cuidado, primero puse mi pie en uno de los muchos tablones sostenidos por los viejos y musgosos troncos que hacían de vigas, al presionarlo se escuchó un ligero rechinar, al principio me sentí un poco inseguro de intentar cruzar, pero dado que parecía ser estable dentro de lo que cabía, pues agarre valor y a base de ligeros pasos me adentre en este. Por cada paso que daba, el suelo crujía más, sentía que cuando menos me lo esperaba este se derrumbaría mis pies y caería inevitablemente a esa corriente de lo que esperaba fuera agua…en que estoy pensando, que otra cosa podría ser, a lo mucho acabaría mojado o sucio, y solo tendría que nadar a la ahora cercana orilla.

Con este pensamiento en mente, decidir aumentar el paso, y cuando ya estaba por llegar una de las tablas del suelo se rompió, lo que provocó que me tropezará y cállese en el suelo de tierra del otro lado del camino. Me levanté y, desempolvándome mi ropa que se había ensuciado por la caída, me dispuse a revisar mi alrededor, efectivamente, había logrado cruzar al otro lado. Me sentí aliviado por eso, pero después recordé la situación en la que me encontraba y esa alegría se pasó de manera fugas, tal como había venido se había ido.

Definitivamente este no era mi día, seguramente si se lo contara a Emma o me viera, no sabría si reírse a carcajadas o sentir compasión por mi…Emma, es cierto, estaba con ella en un autobús, junto a mis abuelos, estábamos de camino a su casa. En ese momento mi mente se llenó de muchas preguntas, ¿Qué fue lo que paso?, ¿Dónde están?, ¿Nos accidentamos?, ¿Acaso me caí del autobús por algún motivo mientras dormía?, ¿Sera por eso que estoy aquí?

Eran demasiadas interrogantes, que más que respuestas me estaban atormentando con una presión que era demasiada para una persona, sobre todo en tan poco tiempo. Lo primero que hice fue revisarme, quería verificar si no tenía algún rastro, alguna lesión que indicara algún accidente, pero lo único que encontré fue un pequeño raspón por mi reciente tropiezo, pero cuando revise cerca de mis bolsillos, recordé que tenía mi teléfono, lo podría utilizar para llamar a Emma y saber dónde están ella y mis abuelos. Lo busqué apresuradamente para encenderlo, pero no lo encontré por ninguna parte.

-Carajo. -Dije impulsivamente al recordar que lo había sacado para escuchar música en mis audífonos, los cuales evidentemente tampoco estaban.

Comencé a caminar nuevamente, al ya no tener otra alternativa, decidí que lo mejor sería caminar hasta encontrar un poblado o algún medio para poder pedir ayuda y comunicarme con mis abuelos y Emma, esperaba que se encontraran bien y no contaran con la misma mala suerte que la mía.

No había avanzado mucho, cuando me di cuenta de que en un costado del camino había un pequeño letrero, pero no podía distinguir lo que decía, su pintura en la que en antaño habría echo algún señalamiento prácticamente se había desvanecido, y no pude distinguir ni siquiera una letra, solo había algunas manchas desvanecidas sin un sentido aparente. Pero mientras trataba de entender lo inentendible, note como en el pequeño tronco delgado de madera que lo sostenía había un cuchillo clavado, bastante rudimentario, o más bien casero, como si alguien lo hubiese forjado por sí mismo, y en este estaba enganchado un trozo de tela color amarillo.

- ¿Qué es esto? -Pensé en vos alta mientras tomaba la tela y el cuchillo.

Inspeccioné rápidamente el pedazo de tela, a simple vista parecía un trozo de alguna prenda que habían cortado, y que se encontraba un poco desgastado, pero al extenderlo pude notar como había algo en él, una especie de dibujo extraño, se trataban de unas líneas curvadas, una puesta sobre otra, y abajo algo escrito, 2 cosas escritas para ser precisos, la primera no la pude reconocer, estaba escrita en una letra que jamás había visto, pero la segunda si, estaba una frase escrita en español.

- “Donde la vida fluye”-Leí bastante extrañado.

Cuando estaba tratando de comprender que querría decir esa frase, empecé a sentir un mareo inmenso, tan fuerte, que me hiso caer de rodillas al piso, mientras que con mi mano derecha sujetaba lo que había encontrado, con la izquierda agarraba mi cabeza ante la desesperación, mi vista no tardo en tornarse borrosa, y fue inevitable, caí desmayado al suelo.

 

. . . .

 

- ¿Oliver? - Dijo Emma extrañada al observar a su amigo inquieto mientras dormía.

Estaba todo muy obscuro, me sentía aturdido, confundido, no sabía que estaba pasando. ¿Acaso estoy muerto?, me pregunté ante la gran confusión por la que estaba pasando, pero esa pregunta se respondió sola cuando sentí bruscamente como me estaba moviendo, eso era bueno, seguía vivo, y para mejorar empecé a escuchar algo, un sonido poco entendible, algo me estaba llamando. En ese momento, abrí los ojos.

- ¡Oliver! - Dijo Emma levantando la voz, a la vez que dejaba de sacudirme al ver como por fin reaccione.

- ¿Qué pasa? - Dije mientras trataba de volver a todos mis sentidos. Pero cuando por fin reaccioné más serenamente, me di cuenta de que había vuelto al autobús, había sido un sueño, mi teléfono estaba entre mis piernas, aunque mis audífonos habían quedado colgando, probablemente se habían caído mientras dormía, pero no importaba, no había un rio, ni un puente, ni un…

-Despierta, ya llegamos. - Dijo Emma mientras tomaba sus cosas.

-Si, horita junto todo. -Dije mientras acercaba con mi mano izquierda mi mochila y metía rápidamente lo que sujetaba en la otra mano.

- ¿Qué traes ahí Oli? - Dijo Emma con curiosidad al percatarse de esto.

-Nada, solo guardaba mi teléfono-Dije tratando de no titubear por los nervios. -Vamos, debemos apurarnos a bajar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 8

CAPITULO 8 DESPIERTA, YA LLEGAMOS   Ya llevaba un buen rato caminando, estaba atento del rudimentario camino de tierra para no tropeza...