lunes, 17 de junio de 2024

OPINIÓN: La lectura…la piedra en el zapato del mexicano.

Autor: Edgar Montañez Lagunas.

Es bien sabido que el mexicano no ha sido conocido por la virtud de la lectura, podríamos citar a muchos escritores y artistas, desde la ilustre escritora novohispana Sor Juana Inés de la Cruz, pasando por Juan Rulfo y Octavio Paz, hasta llegar a ejemplos más contemporáneos como Paco Ignacio Taibo II, sin embargo, esta muy presente el dicho de que “En México existen muchos escritores, pero pocos lectores”. Con estas afirmaciones presentes queda preguntarnos ¿será esto cierto?, ¿Qué tanta verdad y que tanta mentira existen en este estereotipo?, ¿Cómo repercute esta indiferencia cultural en nuestra sociedad y el futuro de nuestra nación?, ¿Por qué el mexicano llega a aborrecer y temer a los libros? Todas estas interrogantes las buscare responder de la mejor forma posible en el presente ensayo y, de ser posible, cambiar la percepción hemos idealizado sobre este tema, tanto a los que promueven la lectura, como a los potenciales lectores.

Según las estadísticas proporcionadas por el INEGI por medio del Módulo de Lectura (MOLEC), por persona se leen aproximadamente 3.4 libros al año, si bien es cierto que esta cifra ha aumentado a comparación de la obtenida 25 años atrás en una encuesta realizada en la Ciudad de México en 1995, que había dado como resultado que al año en promedio se leía medio libro, continua siendo este un escenario nefasto, más aún si consideramos que ocurre en la actualidad, dejando a nuestro país a nivel mundial como uno de los que menos tiempo su población dirige a este hábito. Una ves consideramos esto, probablemente te preguntes ¿en que nos afecta esto?, la respuesta es tan simple como compleja a su vez, y es que repercute en todo.

Si observamos con detenimiento el panorama global, nos daremos cuenta de que existe una constante que entrelaza a la lectura con el estado de las naciones, y es que no falta razón cuando citamos la frase “La verdadera riqueza de las naciones es su capacidad para generar talento”, la cual podemos interpretarla como que la riqueza y éxito de los países siempre recae mayoritariamente en sus habitantes y su calidad en educación. Para demostrar esto, podemos citar uno de los ejemplos más reconocidos, Japón, y es que, a pesar de su reducido territorio y su incapacidad para exportar recursos naturales, este país es en la actualidad uno de los más desarrollados, líder en desarrollo de tecnologías, además de contar con uno de los índices si no que con el menor índice de crimen a nivel global, convirtiéndolo a su ves en uno de los países mas seguros. Con lo anterior presente, no es de extrañar que el promedio de libros leídos al año por sus habitantes sea de 48.

Con lo antes dicho como precedente, podemos deducir que no se trata de una casualidad el que la lectura sea un factor crucial para definir la calidad de vida y el futuro de una nación. Entonces, ¿Por qué a pesar de todas las ventajas que presenta, nuestra nación se encuentra rezagada en este hábito? La respuesta podría hallarse en múltiples factores, pero considero que existe uno en específico, al cual me gustaría hacer especial énfasis, y es que desde una edad temprana, se nos idealiza a la lectura como un habito que solo puede tener gente culta, haciéndonos creer por lo tanto que es solo una fastidiosa obligación más, provocando un sentimiento de frustración en aquellos que no logran darle buen cobijo por su cuenta, provocando a su ves que estos menosprecien a manera de bullying a los que si la practican, dando como resultado a futuro un sentimiento instintivo de rechazo a esta. Quizás, lo mejor que podríamos hacer, no sea glorificar a la lectura como algo que solo los mas ilustres logren alcanzar y disfrutar, si no inculcándola a las nuevas generaciones como algo normal, un medio que si lo forjas como un gusto y diciplina te podrá llevar muy lejos.

- “¿Que armas más poderosas que las ideas? Ni tenemos otras, ni las hay mejores” Manuel Gómez Morin.



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