lunes, 17 de junio de 2024

LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 5

 CAPITULO 5

GELATO II


Estaba acostada en mi cama con los audífonos puestos, ya que de por si me encontraba con bastante sueño debido a que el día anterior no había dormido mucho, no es que estuviese muy ocupada en algo, simplemente me costaba conciliar el sueño, supongo que en parte se debía a la emoción de por fin graduarme, había esperado por mucho tiempo para esto, y aunque estaba contenta, debía admitir que me encontraba un poco desilusionada debido a que, una de las ventajas de graduarte, es que tenías cierto tiempo de vacaciones para poder hacer lo que te plazca sin preocuparte por entregar 2 proyectos y 5 tareas para la semana, y esperaba poder utilizar este tiempo para ir de viaje, el adonde, en si no tenía mucha importancia, lo único que quería es salir de la rutina por un momento, de la ciudad, sentir la refrescante brisa del viento en mi cara despeinando mi cabello, pero para mí mala suerte eso no sería así este año.

Me quite los zapatos que aún tenía puestos y me adentre en mi cama sin la preocupación de que estos la ensuciasen de tierra, quería tomarme un momento para mí misma y pensar, y si lo iba a ser pues que menos que hacerlo bien, es decir, de la forma más cómoda posible.

De repente escuché como por mis audífonos salió el sonido de una notificación, al revisar la pantalla de mi celular vi que se trataba de un mensaje de texto, pausé la música y abrí el mensaje, se trataba de Oli que me había estado mandando varios mensajes, y desde hace un rato ya, al leerlos vi que me estaba buscando, que donde estaba, eso me extraño, le envié un mensaje preguntando a que se refería, y entonces me dijo que ya había llegado al zócalo desde hace rato…¡el zócalo!

Inmediatamente me volví a poner los zapatos, se me había olvidado que nos habían invitado y yo prácticamente había aceptado, pero no me esperaba que Oli fuese también, ¿desde cuándo le gustan estas cosas a él?

Después de arreglarme rápidamente fui a buscar a mi mamá para pedirle permiso, porque ni eso había hecho aún. La encontré en la sala, estaba revisando su teléfono, parecía estar buscando algo, pero no estaba segura de que era lo que buscaba con tanta concentración ya que usualmente ella no solía darle mucho uso a su teléfono más que para hacer llamadas, mandar mensajes, tomar fotos o checar sus redes sociales ocasionalmente.

-Oye mamá. Le dije con vos moderada para evitar molestarla.

-Dime.

-Quería saber si me darías permiso de salir horita al zócalo no más un ratito. 

- ¿Para qué? No ves que te vamos a festejar hoy que te graduaste

-Si pues, es que me invitaron mis compañeros, y pues va a ir todo el salón, además le dije a Oliver que a lo mejor iría y pues ya me anda esperando allá. – Le dije, mientras ella se me quedo mirando pensativa.

- ¿Dices que el hijo de Ada va a ir?

-Si, ¿Por qué? - Pregunte extrañada por el interés de mi madre en Oliver.

-Muy bien, te voy dejar ir, pero con la condición de que llegues temprano y además que le des un recado al hijo de Ada para ella.

-De acuerdo, ¿me llevas o me voy caminando?

-Horita te llevo yo.

-Por cierto, ¿Cuál es el recado? – Le dije para que no se me pasara preguntárselo después.

-Le dices que no me funciona su número para llamarla, si se cambió de teléfono y perdió mi número se lo vuelves a dar.

Después de un rato, por fin llegue al zócalo, mi mamá me dijo que regresara temprano y que me estarían esperando. Tome mi teléfono y le marque a Oliver para saber dónde estaba, mientras tanto comencé a caminar para saber si lo encontraba, y así fue.

- ¡Emma! – Me llamo Oliver, que se encontraba sentado en una de las bancas que había pegadas a un árbol.

- ¡Hola Oli! - Le respondí acercándome rápidamente a donde estaba. Se recorrió dejándome un espacio en la banca y con su mano me hiso un gesto para que le acompañara.

- ¿Oye no han llegaron los demás? - Le pregunte porque me encontraba bastante extrañada al no ver a nadie con él a esta hora.

-Ellos se adelantaron al negocio del profe, les dije que tenía que esperarte porque me dijiste que llegarías un poco tarde por un contratiempo, obviamente no les dije que te atrasaste porque se te avía olvidado jajajaja - Me dijo riéndose de mí de manera burlona, aunque realmente eso no me molesta porque nos llevamos de esa manera.

-Jajaja no te pases Oli, aunque pues se nota que me conoces bien.

-Y tu igual, de que sabes que no me gusta que me sigas diciendo Oli, ya no soy un niño chiquito.

-Primero lo primero, tu deja de quejarte mi bella costumbre de tener una organización del tiempo que se ajusta a mi comodidad, no es flojera, segundo, para mi tu siempre serás un niño pequeño al que tengo que cuidar, y tercero…no sé, se me olvido lo que iba a decir.

En ese momento Oli y yo nos empezamos a reír tanto que la gente que pasaba volteaba su mirada hacía nosotros, pero no podíamos evitarlo, nuestro absurdo humor involuntario podía más que la vergüenza.

- ¿Entonces deberíamos ir de una vez para el café del profe no? Antes de que se haga más tarde- Me dijo Oli que revisaba su teléfono señalando la hora.

-Cierto, y tengo que llegar temprano por lo que no tengo tiempo. - Le dije, recordando lo que me dijo mi mamá y que tendría que volver caminando.

Después de caminar por un rato por la calle, dejando atrás el zócalo, nos pusimos a hablar de temas triviales para pasar el rato en lo que llegábamos, el cielo estaba empezando a tomar un tono más anaranjado, señal de que ya estaba atardeciendo.

-Oye aprovechando que podemos hablar tranquilos, mi mamá me dijo que te dijera que perdió el número de tu mamá, y que por eso yo les dijera que las invitaba a cenar hoy- Me dijo repentinamente Oliver.

- ¿Enserio? - Le pregunte sorprendida.

-Si, así que si tu mamá llega a aceptar a lo mejor tu y yo nos desvelaremos jugando mi consola o platicando. - Me dijo formando una sonrisa.

-Se lo diré en cuanto vuelva a mi casa, por cierto, ahora que dices eso de lo del número, recuerdo que mi mamá me dijo que a lo mejor tu mamá perdió su número o algo así, de hecho, me dijo que te lo diera para que lo guardara- Le dije, mientras sacaba un pedazo de papel en el que lo había anotado y se lo entregue.

-Gracias, igual yo se lo daré cuando vuelva a mi casa, o bueno, ella me venga a recoger.

Un rato después llegamos al negocio del profe, ya todos estaban sentados en unas mesas que juntaron, algunos estaban tomando frappe o estaban comiendo papas a la francesa, otros estaban platicando para pasar el rato, y no falto el grupito conspirador que estaban platicando diversos chismes, al que posteriormente poco a poco todos se les fueron uniendo.

-Oye Emma, ¿Cuándo volverás oficial tu relación con Oliver? - pregunto Javier, uno de nuestros compañeros.

-Es cierto, llevan mucho tiempo sin querérnoslo decir. - Dijo una compañera respaldando la pregunta.

En ese momento, yo me quede muda por la repentina pregunta y Oliver se atraganto con el té helado que se había pedido.

-Emma y yo somos amigos, no tenemos una relación de ese tipo- Dijo Oliver en cuanto recupero su capacidad de hablar después de la tos provocada por el té helado.

-No se hagan, ustedes dos siempre están juntos en el receso, prácticamente no hablan con nadie más. - Dijo Javier, a lo que los demás asintieron con la cabeza con una visible sonrisa burlona.

- ¿Aparte siempre te diriges a él como Oli, no Emma? Eso es muy propio de las parejas. - Dijo una vos que no pude reconocer.

- ¿Por qué les da tanta pena decirlo? - Recalco Javier.

-Primero, lo que dices está muy lejos de la realidad, segundo, Oliver dice la verdad, platicamos mucho, porque pues nos conocemos desde hace años caray, por eso es que lo llamo así, porque es como nos llevamos, y tercero, ¿desde cuándo se volvió esto un interrogatorio? - Dije, poniéndome a la defensiva con el hostigamiento de querer insistir con eso.

En ese momento hubo un pequeño silencio incomodo, ya que la cosa estaba empezando a salirse de tono, a lo que rápidamente Javier dijo:

-Esta bueno pues, pero no te enojes.

Paso un rato después de eso, Oliver se había quedado callado desde hace un buen rato ya, si bien en su cara se notaba la incomodidad por lo de hace rato, parecía predominar su lado reflexivo, de vez en cuando se le veía revisar el teléfono, parecía estar intrigado, como si se hubiese enterado de algo malo, o por lo menos algo que lo había sacado de sus casillas.

De inmediato pensé que algo malo había pasado, por lo que, agarrando la última papa que quedaba del plato, me acerqué a el de manera rápida, evadiendo a Javier que ya se hallaba pegado en el teléfono compitiendo con su grupito de alrededor en algún juego de móvil.

-Oye Oli, ¿te encuentras bien?

- ¿Eh?, pues si, ¿Por qué? – Dijo levantando la cabeza del teléfono, viéndose desconcertado por la pregunta.

-Es que te ves como preocupado, no sé, como si no estuvieses en ti. - Le respondí.

-Si es por lo de hace rato, pues si quieres podemos irnos de una vez, de por si yo tengo que irme temprano, además ya se volvió algo aburrido esto. – Propuse, para así evitar pasar un mal rato innecesario.

-No es eso, es que veras, acabo de…

Como si de una casualidad se tratara, un coche toco el claxon un par de veces, me asome un poco, y en efecto, se trataba de la madre de Oliver. Salude a la señora, y ya iba a despedirme de Oliver, pero de repente esta me dijo:

-Súbete Emma, tu madre me dijo que te llevara, Oliver ya te lo ha de haber dicho.

Voltee a ver a Oliver, ya que estaba extrañada por lo repentino de la situación, a lo que el simplemente dijo:

-Se me paso decirte, le había mandado el número que me diste, y ella y tu mamá se pusieron de prisa de acuerdo.

Yo asentí, después de despedirnos rápidamente de nuestros compañeros, subí a la parte trasera del coche junto con Oli y nos dispusimos a ponernos en marcha, esto resulto algo conveniente, ya que justo momentos después sin previo aviso comenzó a llover.

-Entonces eso era lo que ibas a decirme ¿no? - Le pregunte para hacer platica en lo que llegamos a su casa.

-No, bueno si te iba a decir eso, pero pues como tal no era lo que te iba a decir en ese momento.

- ¿Entonces que ibas a decirme que te tuviese tan nervioso? - Pregunte con bastante curiosidad.

-Te lo digo horita que lleguemos. - Dijo de manera cortante, pero entendí que era porque no quería decirlo frente a su madre.

-Está bien.


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