lunes, 17 de junio de 2024

LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 8

CAPITULO 8

DESPIERTA, YA LLEGAMOS

 


Ya llevaba un buen rato caminando, estaba atento del rudimentario camino de tierra para no tropezarme con algún tronco o enredadera salidos de la frondosa vegetación, aunque la gran cantidad de neblina no ayudaba mucho en eso. Fue hace aproximadamente media hora que había despertado en este sitio, me encontraba un poco desorientado, confundido, me costaba hacer memoria, no comprendía él porque estaba acá, lo último que recuerdo es haberme dormido en una silla…un asiento, mejor dicho, creo que estaba yendo a un lado.

Camine un poco más mientras intentaba hacer memoria, en un momento llegue a un pequeño rio, el cual no se veía muy bien, no comprendía si era por mi confusa visión o porque este estaba contaminado, pero prefería no averiguarlo, y sobre el yacía un puente de madera, el cual se veía bastante viejo, y daba indicios de que hacía mucho tiempo que había quedado en desuso. En ese momento me plantee si debía dar vuelta atrás o buscar otro camino, pero dado que en todo lo que llevaba caminando no había hallado ni una desviación y rastro de civilización salvo por ese puente, pues no tenía muchas alternativas.

Me acerque con mucho cuidado, primero puse mi pie en uno de los muchos tablones sostenidos por los viejos y musgosos troncos que hacían de vigas, al presionarlo se escuchó un ligero rechinar, al principio me sentí un poco inseguro de intentar cruzar, pero dado que parecía ser estable dentro de lo que cabía, pues agarre valor y a base de ligeros pasos me adentre en este. Por cada paso que daba, el suelo crujía más, sentía que cuando menos me lo esperaba este se derrumbaría mis pies y caería inevitablemente a esa corriente de lo que esperaba fuera agua…en que estoy pensando, que otra cosa podría ser, a lo mucho acabaría mojado o sucio, y solo tendría que nadar a la ahora cercana orilla.

Con este pensamiento en mente, decidir aumentar el paso, y cuando ya estaba por llegar una de las tablas del suelo se rompió, lo que provocó que me tropezará y cállese en el suelo de tierra del otro lado del camino. Me levanté y, desempolvándome mi ropa que se había ensuciado por la caída, me dispuse a revisar mi alrededor, efectivamente, había logrado cruzar al otro lado. Me sentí aliviado por eso, pero después recordé la situación en la que me encontraba y esa alegría se pasó de manera fugas, tal como había venido se había ido.

Definitivamente este no era mi día, seguramente si se lo contara a Emma o me viera, no sabría si reírse a carcajadas o sentir compasión por mi…Emma, es cierto, estaba con ella en un autobús, junto a mis abuelos, estábamos de camino a su casa. En ese momento mi mente se llenó de muchas preguntas, ¿Qué fue lo que paso?, ¿Dónde están?, ¿Nos accidentamos?, ¿Acaso me caí del autobús por algún motivo mientras dormía?, ¿Sera por eso que estoy aquí?

Eran demasiadas interrogantes, que más que respuestas me estaban atormentando con una presión que era demasiada para una persona, sobre todo en tan poco tiempo. Lo primero que hice fue revisarme, quería verificar si no tenía algún rastro, alguna lesión que indicara algún accidente, pero lo único que encontré fue un pequeño raspón por mi reciente tropiezo, pero cuando revise cerca de mis bolsillos, recordé que tenía mi teléfono, lo podría utilizar para llamar a Emma y saber dónde están ella y mis abuelos. Lo busqué apresuradamente para encenderlo, pero no lo encontré por ninguna parte.

-Carajo. -Dije impulsivamente al recordar que lo había sacado para escuchar música en mis audífonos, los cuales evidentemente tampoco estaban.

Comencé a caminar nuevamente, al ya no tener otra alternativa, decidí que lo mejor sería caminar hasta encontrar un poblado o algún medio para poder pedir ayuda y comunicarme con mis abuelos y Emma, esperaba que se encontraran bien y no contaran con la misma mala suerte que la mía.

No había avanzado mucho, cuando me di cuenta de que en un costado del camino había un pequeño letrero, pero no podía distinguir lo que decía, su pintura en la que en antaño habría echo algún señalamiento prácticamente se había desvanecido, y no pude distinguir ni siquiera una letra, solo había algunas manchas desvanecidas sin un sentido aparente. Pero mientras trataba de entender lo inentendible, note como en el pequeño tronco delgado de madera que lo sostenía había un cuchillo clavado, bastante rudimentario, o más bien casero, como si alguien lo hubiese forjado por sí mismo, y en este estaba enganchado un trozo de tela color amarillo.

- ¿Qué es esto? -Pensé en vos alta mientras tomaba la tela y el cuchillo.

Inspeccioné rápidamente el pedazo de tela, a simple vista parecía un trozo de alguna prenda que habían cortado, y que se encontraba un poco desgastado, pero al extenderlo pude notar como había algo en él, una especie de dibujo extraño, se trataban de unas líneas curvadas, una puesta sobre otra, y abajo algo escrito, 2 cosas escritas para ser precisos, la primera no la pude reconocer, estaba escrita en una letra que jamás había visto, pero la segunda si, estaba una frase escrita en español.

- “Donde la vida fluye”-Leí bastante extrañado.

Cuando estaba tratando de comprender que querría decir esa frase, empecé a sentir un mareo inmenso, tan fuerte, que me hiso caer de rodillas al piso, mientras que con mi mano derecha sujetaba lo que había encontrado, con la izquierda agarraba mi cabeza ante la desesperación, mi vista no tardo en tornarse borrosa, y fue inevitable, caí desmayado al suelo.

 

. . . .

 

- ¿Oliver? - Dijo Emma extrañada al observar a su amigo inquieto mientras dormía.

Estaba todo muy obscuro, me sentía aturdido, confundido, no sabía que estaba pasando. ¿Acaso estoy muerto?, me pregunté ante la gran confusión por la que estaba pasando, pero esa pregunta se respondió sola cuando sentí bruscamente como me estaba moviendo, eso era bueno, seguía vivo, y para mejorar empecé a escuchar algo, un sonido poco entendible, algo me estaba llamando. En ese momento, abrí los ojos.

- ¡Oliver! - Dijo Emma levantando la voz, a la vez que dejaba de sacudirme al ver como por fin reaccione.

- ¿Qué pasa? - Dije mientras trataba de volver a todos mis sentidos. Pero cuando por fin reaccioné más serenamente, me di cuenta de que había vuelto al autobús, había sido un sueño, mi teléfono estaba entre mis piernas, aunque mis audífonos habían quedado colgando, probablemente se habían caído mientras dormía, pero no importaba, no había un rio, ni un puente, ni un…

-Despierta, ya llegamos. - Dijo Emma mientras tomaba sus cosas.

-Si, horita junto todo. -Dije mientras acercaba con mi mano izquierda mi mochila y metía rápidamente lo que sujetaba en la otra mano.

- ¿Qué traes ahí Oli? - Dijo Emma con curiosidad al percatarse de esto.

-Nada, solo guardaba mi teléfono-Dije tratando de no titubear por los nervios. -Vamos, debemos apurarnos a bajar.

LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 7

CAPITULO 7

UN PAISAJE VERDE

 


Ya todo estaba listo, aun así, repase por ultima ves mi equipaje, quería estar bien asegurado, no estaba dispuesto a que llegando me faltase una muda de ropa, además de mis…precauciones personales. Probablemente si Emma viera todo lo que llevo me tomaría de paranoico, pero bien hay un dicho, y es que persona precavida vale por dos.

Tomé la mochila y la maleta, siendo esta ultima la más llena de las dos, y me dirigí a la salida, ya que me estaban esperando, y probablemente desde hace rato sin yo darme cuenta:

-Te tardaste, ¿y para que llevas tanto? Solo vas a estar fueras 2 semanas. -Dijo mi papá, que estaba recargado a un costado del coche.

-Solo estaba arreglando unas ultimas cosas. - Dije mientras metía el equipaje en la cajuela.

-Emma y tus abuelos ya te han de estar esperando desde hace rato en la central de autobuses. - Dijo mi mamá mientras entrabamos al coche.

- ¿Pero que no mis abuelos decían que el autobús salía a la 1?

-Si, pero, así como puede atrasarse la salida también se puede adelantar, y es de mala educación hacer esperar a las personas. - Recalco mi mamá.

Después de un rato de camino, y atrasarnos un poco más en el tráfico, llegamos a la central, esta era bastante espaciosa a comparación de una estación convencional, llevaba a varios puntos del país, y además tenía una de las pocas rutas que llevaban al pueblo de mis abuelos, supondría que, porque hace escala con algún destino más frecuente, y como quedaba de paso la habrían colocado.

En cuanto entre, visualice con la mirada a Emma y mis abuelos, que ya se encontraban haciendo fila donde recogían el equipaje pesado y revisaban los boletos, lo cual fue un golpe de suerte porque significaba que había llegado justo a tiempo, me despedí rápidamente de mis padres y fui hacia donde estaban ellos.

-Ya estoy aquí. - Dije saludando con la mano apresuradamente en lo que me formaba detrás de Emma.

-Oli te estoy mandando mensajes desde hace rato, te decía que ya íbamos de salida, pero tu ni los leías. - Dijo Emma.- Y decías que la desorganizada soy yo.

-Es que estaba arreglando mi equipaje, y pues de camino hubo mucho tráfico.

-Hay mi nieto, deberás que casi te estabas quedando ya, ni modo que paremos al señor chofer. - Dijo mi abuelo, que se estaba acomodando bien los lentes para verme.

-Perdón. - Me disculpe algo apenado.

-No te disculpes mijo, nomás a la próxima madruga más temprano. - Dijo mi abuela.

Después de pasar por la revisión y esperar un rato a que acabaran de recoger el equipaje del resto de pasajeros, nos guiaron hacia el autobús, el cual por dentro era bastante más amplio de lo que aparentaba por fuera, y nos sentamos en uno de los asientos de en medio de todo, para suerte de Emma le toco sentarse junto a la ventana, mientras que a mí me toco sentarme de lado al pasillo, por lo menos había una pequeña pantalla en la parte superior que reproducía un documental sobre los osos polares y la pérdida de su habitad, no era precisamente de lo más entretenido, pero era mejor que nada.

Una vez todos los pasajeros estuvieron a bordo, no paso mucho tiempo cuando el autobús comenzó a avanzar, saliendo por un costado de ese amplio estacionamiento, y dirigiéndose rumbo a la autopista, que no estaría tan lejos dado su relativa cercanía, solo tendría que recorrer unos pocos kilómetros de carretera.

 

. . . .

 

Después de un rato, algo así como 1 hora o un poco más, ya empezaba a aparecer un poco más de la abundante vegetación característica de la región, dejando atrás lo árido, y dándose a entender la diferencia de tanto climas como de vegetación, aunque aún para llegar a nuestro destino faltaba bastante.

-Ya viste Oliver, ya estamos más cerca de llegar, según lo que me dijo tu abuela, es una región en la que abunda la vegetación, a diferencia del usual calor y el pavimento de donde vivimos. - Dijo Emma.

-Aún falta algo más de tiempo para llegar, y no te agás muchas ilusiones, lo más probable es que cuando lleguemos no encontremos ni una sola conexión de internet, así que espero que tengas una paciencia magistral, y no dependas mucho de tu teléfono. - Le dije mientras sacaba mi celular y aprovechaba la poca conexión que tenía aun para checar algunas cosas.

-A quién le importa eso, todo sea con tal de no quedarme encerrada por un mes. -Me dijo de manera calmada, hasta que su expresión cambio repentinamente. - ¿Pero si hay conectividad para llamadas no?

-Satelital no lo creo, pero talvez conexión telefónica por cable o algo de ese estilo si ha de haber, de no ser así no podría hablar nunca con mis abuelos.

-No sé si sentirme más tranquila con eso, ¿Qué pasa si ocurre algo?

-Pues servicios básicos imagino a de haber, ahora, yo por eso te decía que vinieras preparada, aunque lo mejor sería quedarnos solamente dentro del terreno de mis abuelos al llegar. - Dije mientras sacaba unos audífonos de la mochila, puesto que ya me había aburrido del documental que aún no acababa. - Aunque no creo que pase nada, tu relájate.

-Oliver diciéndome que me relaje, es el día opuesto. - Dijo Emma mientras se reía un poco.

Conecte mis audífonos y puse una lista de canciones que tenía guardadas, pero creo que acabaría dormido de todos modos, pensándolo bien aún faltaran unas horas para llegar, y debería aprovechar la comodidad de los asientos y el aire acondicionado del autobús para descansar, puesto que sería un placer que no podría disfrutar las próximas dos semanas.

-Voy a dormirme un rato, si tu o mis abuelos necesitan algo despiértame. - Dije mientras recargaba mi cabeza en una posición más cómoda en el asiento.

-Está bien. - Dijo Emma mientras volvía a contemplar el exterior por la ventana.

En ese momento el autobús paso por un puente que cruzaba por un rio, esto fascino a Emma, pero lo que más le sorprendió era como se contemplaba en la cercanía el paso hacia unas montañas repletas de neblina, de las cuales lo único que sobresalía era el camino de asfalto y la abundante vegetación.

- ¿Ya vistes Oliver? - Dijo volteando hacia el- Oh…ya te dormiste.

LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 6

 CAPITULO 6

RECUERDOS DEL PASADO


Una vez llegamos, me baje rápidamente junto con Emma y entramos a la casa para no mojarnos tanto, mientras mi mamá estacionaba el coche, lo bueno es que venía preparada con un paraguas, por lo que no tendría problema alguno. 

Después de guiar a Emma hacia el comedor, salude a la señora Flor, la madre de Emma, que se encontraba platicando con mi abuela y ayudándola a preparar la cena, la señora era una persona amable pero que se exalta demasiado rápido, más bien, se emociona mucho con las cosas, al nivel de que incluso arma exhaustivas discusiones con su esposo, el señor Hugo, cuando su equipo pierde, que por cierto, se encontraba este en la sala junto a mi papá viendo un partido de futbol en la tele.

Ya una vez mi mamá entro se unió a mis abuelos y la señora Flor, y dado que la sala ya estaba ocupada y todavía no llegaban ninguno de mis otros familiares, le propuse a Emma ir a mi habitación para platicar de una forma más calmada, a lo que ella accedió. En cuanto entramos, ella dio un breve vistazo, y viendo mi silla del escritorio inmediatamente se fue a sentar, yo le imite, pero sentándome en mi cama porque ya no había más sillas.

-Tienes tu cuarto bien ordenado, no se parece a como yo tengo el mío. - Dijo Emma.

-Si pues, es que me gusta tener organizado todo. - Respondí, e inmediatamente pregunté.

- ¿Los que se quedaron en el café se han de haber mojado no?, nosotros pues de milagro vinieron por los dos, pero fuera de eso también se fueron caminando para allá.

-Si es cierto, te he dicho que el karma existe, haber otro día que se les ocurra hablar de más. Que por cierto ya que estamos hablando del tema, tienes que aprender a defenderte, prácticamente fue como si te quedaras mudo. - Me señalo Emma.

-Lo sé, pero pues prefiero evitarme problemas innecesarios, vi más contras que pros en seguirles el juego.

-Es que Oli, ese es el asunto, piensas de más las cosas y al final pues no haces nada, el ser muy, vaya, correcto digamos así, te va a generar más problemas o contratiempos. - Recalco Emma.

-Por ejemplo, apuesto a que te la pasaste pensando toda la tarde en si ir o no a la fiesta, o lo de tu sueño, estoy segura de que ni siquiera te has puesto tan siquiera por la duda el porque te intrigo de más.

-En eso ultimo te equivocas, y de hecho…de eso te quería hablar. -Le dije a Emma, a lo que ella cambio su expresión de mamá regañona a una de curiosidad.

-Con que eso era, dime que es lo que paso, te veía bien raro en el café.

-Mira hay algo que no te he contado, pero pues quiero ir por partes, si te parece bien. - Dije, entonando mi vos en un tono un poco más serio.

-Okey.

-Veras, hoy, pues tu ya conocerás a mis abuelos supongo, pues el asunto es que me dijeron que en dos días me llevaran con ellos a su casa, que está en una comunidad rural algo lejos de aquí, eso en si no tiene nada de malo, pero, digamos que hay un trasfondo un poco personal.

-Puedes decírmelo con toda confianza. - Dijo Emma, que ya se había hasta acomodado con la silla volteada, recargando sus brazos donde se recarga la espalda.

-Bueno, cuando yo era niño, en mis primeros años de vida, viví en ese pueblo con mis padres y mis abuelos, ya que era como una tradición familiar pasar la crianza inicial junto con los abuelos.

-Comprendo.

-Pues, digamos que pasaron cosas, pero que no tienen relevancia, el hecho es que en esa época yo solía ser alguien muy imperativo, veía cosas de repente, y acababa por llorar casi todo el día, mi mamá me dijo que se intentó de todo, me llevaron con el médico para ver si tenía algo, con el padre de la iglesia del pueblo, incluso hasta con un chamán.

Emma me miraba con cara de incredulidad, no se creía, o al menos, lo que le dije la había dejado bastante sorprendida.

-Después de pasado el tiempo, cuando cumplí unos 6 u 8 años más o menos, no recuerdo muy bien lo que me dijeron, pues me mudé a la ciudad, ahí pues fui asistido por un psicólogo por algunos años, y pues, las visiones pararon, lo que si era aún frecuente eran los sueños, pero pronto esos después pararon también.

-Nunca me hubiese imaginado que en una etapa de tu vida hubieses pasado por algo así. - Me dijo Emma.

- ¿Pero quieres que te diga lo que si recuerdo muy bien? - Le pregunte a Emma, a lo que ella asintió con la cabeza repetidas veces.

-El valle del que te platique, no fue si no apenas que me dijeron que iría al pueblo, que recordé todo esto, y, además, pude conectar mi sueño reciente con los que tenía en ese entonces, solo que en esos no había neblina, y, había algo más.

- ¿Qué era lo que había? - Pregunto Emma intrigada.

-Mas que algo en sí, era alguien, ¿tu conoces a los alebrijes no? Esos animales bizarros de lo que se les hace mucho énfasis sobre todo en día de muertos.

-Si, yo una vez hice una figura de papel maché de uno en clase.

-Pues bien, has de cuenta que había un ser así en mis sueños, y el hecho de que me hubiese vuelto a pasar, y que se viese todo así, y bueno, ya ves, una casualidad tras otra.

-No puede ser una casualidad del todo. Dijo aventuradamente Emma.

-Talvez. - Dije pensativo.

-Pero no sé, me estoy planteando en si ir o no, no es que crea en lo paranormal, yo soy alguien escéptico, aun a pesar de lo que me a pasado, creo, quiero pensar que hay una razón para todo esto, aun así, no me siento muy cómodo volviendo allá.

Emma exhalo un poco, y me dijo:

-Si quieres mi opinión personal, yo creo que deberías ir, piénsalo, talvez el sueño que tuviste se debe al miedo que te guardaste por el recuerdo, si vas, talvez te ayude a superarlo, si no, pues mira el lado bueno, no pierdes nada, solo ganas irte de vacaciones, y si es que nada cambia, si tu y tus padres consideran prudente, podrías asistir de nuevo al psicólogo, de todas formas ya eres alguien más maduro a cuando eras niño.

-Valla, sí que eres buena en estas cosas. - Le dije a Emma sorprendido por su reflexión.

-Jajaja, solo es una intuición mía- Me dijo riéndose un poco- Pero, hay una cosa que me intriga aún.

- ¿Qué cosa? - Pregunte extrañado.

-Me dijiste que te había pasado algo, cosas, que según tu no tenían relevancia, ¿Qué fue lo que te paso?

Antes de que pudiese decir algo, mi mamá entro repentinamente a la habitación, interrumpiendo nuestra platica:

-Perdón por interrumpirlos, pero ya vamos a cenar, los esperamos en el comedor.

-Si señora Ada, ya vamos para haya. - Dijo Emma, mientras que yo me limite a asentir.

Seguimos a mi mamá hacia el comedor, en cuanto llegamos, saludamos a mis familiares que recién habían llegado y nos sentamos en la mesa, Emma sentándose al lado de sus padres, y comenzamos a comer. Me serví unos tamales junto con una tasa de champurrado que habían preparado hace un rato ya, Emma hiso lo propio, pero en vez de tamales se sirvió una pieza de pollo bañada en un guiso que no pude reconocer, pero que sin duda se veía muy sabroso.

Así estuvimos un rato, después de comer, todos los presentes comenzaron a platicar cosas triviales, y alguna que otra discusión por los resultados del reciente partido que habían visto en la sala, pero no fue sino hasta que nos dirigieron la palabra a mí y a Emma cuando mi interés se hiso presente.

-Oliver, estuve hablando con Rosa, y emos decidido que sería buena idea que Emma te acompañase a con tus abuelos. - Dijo mi mamá.

-Si, para que conozcan mundo, además, a Emma le falta volverse más diciplinada, y talvez con un viaje al campo eso le ayude en algo. - Dijo la señora rosa, a lo que su hija tuvo la tentación de reclamarle, pero se resistió porque sus ganas de viajar pudieron más.

- ¿Entonces, que les parece?, para ver si arreglan sus cosas, porque en el caso de que si quieran pues sería en 2 días. - Dijo mi abuela, uniéndose a la conversación.

-Pues por mi está bien. - Dijo Emma.

-Por mí también. - Dije pensándolo rápidamente.

-Entonces, está acordado. - Dijo mi abuela, a lo que mi madre y la señora Rosa asintieron.

LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 5

 CAPITULO 5

GELATO II


Estaba acostada en mi cama con los audífonos puestos, ya que de por si me encontraba con bastante sueño debido a que el día anterior no había dormido mucho, no es que estuviese muy ocupada en algo, simplemente me costaba conciliar el sueño, supongo que en parte se debía a la emoción de por fin graduarme, había esperado por mucho tiempo para esto, y aunque estaba contenta, debía admitir que me encontraba un poco desilusionada debido a que, una de las ventajas de graduarte, es que tenías cierto tiempo de vacaciones para poder hacer lo que te plazca sin preocuparte por entregar 2 proyectos y 5 tareas para la semana, y esperaba poder utilizar este tiempo para ir de viaje, el adonde, en si no tenía mucha importancia, lo único que quería es salir de la rutina por un momento, de la ciudad, sentir la refrescante brisa del viento en mi cara despeinando mi cabello, pero para mí mala suerte eso no sería así este año.

Me quite los zapatos que aún tenía puestos y me adentre en mi cama sin la preocupación de que estos la ensuciasen de tierra, quería tomarme un momento para mí misma y pensar, y si lo iba a ser pues que menos que hacerlo bien, es decir, de la forma más cómoda posible.

De repente escuché como por mis audífonos salió el sonido de una notificación, al revisar la pantalla de mi celular vi que se trataba de un mensaje de texto, pausé la música y abrí el mensaje, se trataba de Oli que me había estado mandando varios mensajes, y desde hace un rato ya, al leerlos vi que me estaba buscando, que donde estaba, eso me extraño, le envié un mensaje preguntando a que se refería, y entonces me dijo que ya había llegado al zócalo desde hace rato…¡el zócalo!

Inmediatamente me volví a poner los zapatos, se me había olvidado que nos habían invitado y yo prácticamente había aceptado, pero no me esperaba que Oli fuese también, ¿desde cuándo le gustan estas cosas a él?

Después de arreglarme rápidamente fui a buscar a mi mamá para pedirle permiso, porque ni eso había hecho aún. La encontré en la sala, estaba revisando su teléfono, parecía estar buscando algo, pero no estaba segura de que era lo que buscaba con tanta concentración ya que usualmente ella no solía darle mucho uso a su teléfono más que para hacer llamadas, mandar mensajes, tomar fotos o checar sus redes sociales ocasionalmente.

-Oye mamá. Le dije con vos moderada para evitar molestarla.

-Dime.

-Quería saber si me darías permiso de salir horita al zócalo no más un ratito. 

- ¿Para qué? No ves que te vamos a festejar hoy que te graduaste

-Si pues, es que me invitaron mis compañeros, y pues va a ir todo el salón, además le dije a Oliver que a lo mejor iría y pues ya me anda esperando allá. – Le dije, mientras ella se me quedo mirando pensativa.

- ¿Dices que el hijo de Ada va a ir?

-Si, ¿Por qué? - Pregunte extrañada por el interés de mi madre en Oliver.

-Muy bien, te voy dejar ir, pero con la condición de que llegues temprano y además que le des un recado al hijo de Ada para ella.

-De acuerdo, ¿me llevas o me voy caminando?

-Horita te llevo yo.

-Por cierto, ¿Cuál es el recado? – Le dije para que no se me pasara preguntárselo después.

-Le dices que no me funciona su número para llamarla, si se cambió de teléfono y perdió mi número se lo vuelves a dar.

Después de un rato, por fin llegue al zócalo, mi mamá me dijo que regresara temprano y que me estarían esperando. Tome mi teléfono y le marque a Oliver para saber dónde estaba, mientras tanto comencé a caminar para saber si lo encontraba, y así fue.

- ¡Emma! – Me llamo Oliver, que se encontraba sentado en una de las bancas que había pegadas a un árbol.

- ¡Hola Oli! - Le respondí acercándome rápidamente a donde estaba. Se recorrió dejándome un espacio en la banca y con su mano me hiso un gesto para que le acompañara.

- ¿Oye no han llegaron los demás? - Le pregunte porque me encontraba bastante extrañada al no ver a nadie con él a esta hora.

-Ellos se adelantaron al negocio del profe, les dije que tenía que esperarte porque me dijiste que llegarías un poco tarde por un contratiempo, obviamente no les dije que te atrasaste porque se te avía olvidado jajajaja - Me dijo riéndose de mí de manera burlona, aunque realmente eso no me molesta porque nos llevamos de esa manera.

-Jajaja no te pases Oli, aunque pues se nota que me conoces bien.

-Y tu igual, de que sabes que no me gusta que me sigas diciendo Oli, ya no soy un niño chiquito.

-Primero lo primero, tu deja de quejarte mi bella costumbre de tener una organización del tiempo que se ajusta a mi comodidad, no es flojera, segundo, para mi tu siempre serás un niño pequeño al que tengo que cuidar, y tercero…no sé, se me olvido lo que iba a decir.

En ese momento Oli y yo nos empezamos a reír tanto que la gente que pasaba volteaba su mirada hacía nosotros, pero no podíamos evitarlo, nuestro absurdo humor involuntario podía más que la vergüenza.

- ¿Entonces deberíamos ir de una vez para el café del profe no? Antes de que se haga más tarde- Me dijo Oli que revisaba su teléfono señalando la hora.

-Cierto, y tengo que llegar temprano por lo que no tengo tiempo. - Le dije, recordando lo que me dijo mi mamá y que tendría que volver caminando.

Después de caminar por un rato por la calle, dejando atrás el zócalo, nos pusimos a hablar de temas triviales para pasar el rato en lo que llegábamos, el cielo estaba empezando a tomar un tono más anaranjado, señal de que ya estaba atardeciendo.

-Oye aprovechando que podemos hablar tranquilos, mi mamá me dijo que te dijera que perdió el número de tu mamá, y que por eso yo les dijera que las invitaba a cenar hoy- Me dijo repentinamente Oliver.

- ¿Enserio? - Le pregunte sorprendida.

-Si, así que si tu mamá llega a aceptar a lo mejor tu y yo nos desvelaremos jugando mi consola o platicando. - Me dijo formando una sonrisa.

-Se lo diré en cuanto vuelva a mi casa, por cierto, ahora que dices eso de lo del número, recuerdo que mi mamá me dijo que a lo mejor tu mamá perdió su número o algo así, de hecho, me dijo que te lo diera para que lo guardara- Le dije, mientras sacaba un pedazo de papel en el que lo había anotado y se lo entregue.

-Gracias, igual yo se lo daré cuando vuelva a mi casa, o bueno, ella me venga a recoger.

Un rato después llegamos al negocio del profe, ya todos estaban sentados en unas mesas que juntaron, algunos estaban tomando frappe o estaban comiendo papas a la francesa, otros estaban platicando para pasar el rato, y no falto el grupito conspirador que estaban platicando diversos chismes, al que posteriormente poco a poco todos se les fueron uniendo.

-Oye Emma, ¿Cuándo volverás oficial tu relación con Oliver? - pregunto Javier, uno de nuestros compañeros.

-Es cierto, llevan mucho tiempo sin querérnoslo decir. - Dijo una compañera respaldando la pregunta.

En ese momento, yo me quede muda por la repentina pregunta y Oliver se atraganto con el té helado que se había pedido.

-Emma y yo somos amigos, no tenemos una relación de ese tipo- Dijo Oliver en cuanto recupero su capacidad de hablar después de la tos provocada por el té helado.

-No se hagan, ustedes dos siempre están juntos en el receso, prácticamente no hablan con nadie más. - Dijo Javier, a lo que los demás asintieron con la cabeza con una visible sonrisa burlona.

- ¿Aparte siempre te diriges a él como Oli, no Emma? Eso es muy propio de las parejas. - Dijo una vos que no pude reconocer.

- ¿Por qué les da tanta pena decirlo? - Recalco Javier.

-Primero, lo que dices está muy lejos de la realidad, segundo, Oliver dice la verdad, platicamos mucho, porque pues nos conocemos desde hace años caray, por eso es que lo llamo así, porque es como nos llevamos, y tercero, ¿desde cuándo se volvió esto un interrogatorio? - Dije, poniéndome a la defensiva con el hostigamiento de querer insistir con eso.

En ese momento hubo un pequeño silencio incomodo, ya que la cosa estaba empezando a salirse de tono, a lo que rápidamente Javier dijo:

-Esta bueno pues, pero no te enojes.

Paso un rato después de eso, Oliver se había quedado callado desde hace un buen rato ya, si bien en su cara se notaba la incomodidad por lo de hace rato, parecía predominar su lado reflexivo, de vez en cuando se le veía revisar el teléfono, parecía estar intrigado, como si se hubiese enterado de algo malo, o por lo menos algo que lo había sacado de sus casillas.

De inmediato pensé que algo malo había pasado, por lo que, agarrando la última papa que quedaba del plato, me acerqué a el de manera rápida, evadiendo a Javier que ya se hallaba pegado en el teléfono compitiendo con su grupito de alrededor en algún juego de móvil.

-Oye Oli, ¿te encuentras bien?

- ¿Eh?, pues si, ¿Por qué? – Dijo levantando la cabeza del teléfono, viéndose desconcertado por la pregunta.

-Es que te ves como preocupado, no sé, como si no estuvieses en ti. - Le respondí.

-Si es por lo de hace rato, pues si quieres podemos irnos de una vez, de por si yo tengo que irme temprano, además ya se volvió algo aburrido esto. – Propuse, para así evitar pasar un mal rato innecesario.

-No es eso, es que veras, acabo de…

Como si de una casualidad se tratara, un coche toco el claxon un par de veces, me asome un poco, y en efecto, se trataba de la madre de Oliver. Salude a la señora, y ya iba a despedirme de Oliver, pero de repente esta me dijo:

-Súbete Emma, tu madre me dijo que te llevara, Oliver ya te lo ha de haber dicho.

Voltee a ver a Oliver, ya que estaba extrañada por lo repentino de la situación, a lo que el simplemente dijo:

-Se me paso decirte, le había mandado el número que me diste, y ella y tu mamá se pusieron de prisa de acuerdo.

Yo asentí, después de despedirnos rápidamente de nuestros compañeros, subí a la parte trasera del coche junto con Oli y nos dispusimos a ponernos en marcha, esto resulto algo conveniente, ya que justo momentos después sin previo aviso comenzó a llover.

-Entonces eso era lo que ibas a decirme ¿no? - Le pregunte para hacer platica en lo que llegamos a su casa.

-No, bueno si te iba a decir eso, pero pues como tal no era lo que te iba a decir en ese momento.

- ¿Entonces que ibas a decirme que te tuviese tan nervioso? - Pregunte con bastante curiosidad.

-Te lo digo horita que lleguemos. - Dijo de manera cortante, pero entendí que era porque no quería decirlo frente a su madre.

-Está bien.


LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 4

 

CAPITULO 4

GELATO I

 


Antes de llegar a mi casa, hicimos algunas paradas por el camino, mi mamá y mis tías acompañaron a mis abuelos al mercado por algunas cosas que ocuparían en la noche para la cena, ya que decidieron que lo mejor sería no apurar las cosas y preparar todo para la cena, mientras tanto me mandaron a mí y a mis primos a una fonda que había cerca de ahí a comprar la comida.

Ya una vez listo todo eso, dado que llevaría un poco más de tiempo de lo esperado en conseguir las cosas, me mandaron a que me adelantara a la casa y me arreglara, para ello un tío me hiso el favor de llevarme.

Lo primero que hice fue dejar la comida en la mesa del comedor, después entre a mi cuarto y procedí a quitarme y botar mis zapatos por ahí, ya andaba cansado, pero lo bueno es que por fin todo lo pesado ya había pasado, ahora solo era cuestión de bañarme, ordenar un poco y si quedaba tiempo descansar un rato.

Me metí al baño y ya una vez quitada la ropa abrí la regadera del agua caliente, al principio esta salió un poco fría, pero me fui acostumbrando y está poco a apoco se fue templando hasta salir el agua caliente. Mientras me tallaba la cabeza, cerré los ojos, y me puse a reflexionar sobre varias cosas, era algo que me gusta mucho hacer, y además me ayuda a despejar mi mente, relajarme y planificar.

Lo primero que se me vino a la cabeza fue el sueño que tuve, sé que solo era un sueño y no debía darle importancia, pero estaba muy insertado en mis pensamientos, trate de recordar si había visto ese lugar antes en alguna película o serie, pero no me acordaba de nada similar, y por qué sentí como verdaderamente me mareaba hasta desmayarme, y como al despertar estaba bastante desconcertado y hasta con un ligero mareo, no acababa de darle explicación, pero bueno, supongo que al final del día era inútil buscarle lógica alguna porque era simple y sencillamente un sueño.

Lo segundo que se me vino a la cabeza, era saber en que utilizaría mi tiempo libre, ahora que me había graduado tendría que esperar a que comenzaran las clases de preparatoria, y todavía no me había planteado esta situación, supongo que debería aprovechar y ver las series y leer los libros que tenía pendientes, eso no cambiaba, supongo que el caso mío era similar al de Emma.

Respecto a Emma, debía decidir qué es lo que haría, a ella y a mí nos habían invitado a las 5 de la tarde para ir al zócalo y al parecer comer o tomar algo, ella creo finalmente si tenía planeado ir, pero yo no había decidido aún. Por una parte, pensé, a mí no me gustaba mucho salir, no ser introvertido no era precisamente una cualidad propia de mí, por otra parte, no sabía cuándo volvería a ver a Emma en persona, y no sabía si se volvería a presentar una oportunidad así.

Me flote el resto del cuerpo con la barra de jabón, empezando por los brazos hasta llegar a los pies, y deje que el agua hiciese el resto del trabajo y se llevase todo el sudor y resto de espuma que quedara, era una sensación bastante relajante. Entonces, ya más relajado, me plante que, si quería ir, entonces tenía que pedir permiso, y para esto tenía que hacer el intento de convencer, sobre todo a mi mama, de que me diesen permiso, cosa que no sería nada fácil dado las visitas que tenía, ahora, suponiendo que si obtuviese el permiso, tenía que organizar mi tiempo si quería llegar a una hora adecuada antes de la cena, para así alcanzar algo de lo más sabroso y oír las pláticas de mis abuelos.

Si no me equivoco, el zócalo estaba a unos como mucho 15 minutos caminando de aquí, y el café del maestro estaba a otros 5 minutos de ahí, entonces la ida y vuelta serían unos 40 minutos, planteado esto, lo ideal sería pasar ahí 1 hora, 2 dos a lo mucho, e irme antes de que diesen las siete, haciendo cálculos rápidos, y si estos no fallaban, debería estar aquí antes de las 7 y media de la tarde.

Supongo que esa era mi mejor y única alternativa, pero bueno, no tenía nada que perder con intentarlo. Tomé mi toalla para secarme la cabeza, el cuerpo, y me cubrí con ella para después dirigirme a mi cuarto a cambiarme, ya solo era cuestión de ordenar y esperar a que llegasen para pedir permiso…

 

. . . .

 

No había nada interesante que ver en la tele, cosa que no era nueva, la única diferencia que avía era que en lugar de un noticiero era un programa de chismes y competencias, y que ahora en vez de presumir los beneficios de tomar, ahora por lo menos estaban presentando una lista de comidas para bajar de peso, cosa que ya era un avance.

De repente escuché como un coche se estacionaba fuera de la casa, en ese momento supe que ya habían llegado. Lo primero que hice fue guardar mi consola de inmediato asumiendo el riesgo inminente que representaban mis primos, y lo segundo fue arreglar la mesa, procurar que esta estuviese en condiciones, esto sería útil además para facilitar convencer a mis papás de que me diesen permiso.

- ¡Quiubo sobrino! - Me dijo mi tío entrando por la puerta.

-Buenas tardes tío- Respondí.

Me dispuse a ayudar cargando las bolsas que habían traído del mercado llenas de verduras, algunas frutas, pollo, y otros múltiples ingredientes que más tarde usarían en cocinar la tan anhelada (por mi) cena; Pero también, cargué unas maletas, las cuales, por su aspecto viejo, intuí que se trataban de las de mis abuelos, los cuales más tarde me enteré de que se quedarían algunos días debido a lo largo del trayecto.

Un rato después, todos nos encontrábamos en la mesa, abrí uno de los platos que había dejado en la mesa ase un rato y me serví, se trataba de varias piezas de carne de lo que parecía ser puerco bañadas en salsa; Tome una pieza junto con una ración de salsa, además de arroz y me dispuse a comer.

Estuve un rato en la plática familiar, aproveche y comente a mis padres acerca de la invitación que se me avía echo, después de pensarlo por un rato me dieron la afirmativa, pero me dijeron que le hiciese saber a Emma que le dijese a su madre que, debido a que recientemente cambio de número, no pudo ponerse en contacto con ella, pero que los invitaba a la cena de al rato. Yo asentí, al principio estaba un poco confundido, pero después recordé que también nuestras madres tenían una buena amistad desde hace tiempo, por lo que tenía sentido que tuviese la confianza para hacer esa invitación.

Acabando de comer, me puse a jugar un rato con mis primos, pero eso sí, restringiéndoles seriamente que maltratasen o fuesen muy bruscos con mi consola. Así estuve un rato, en lo que mi madre acababa de comer y daban las 5, ya que al final ella seria la que me fuese a dejar, cosa que me alegro porque me ahorraría la larga caminata

Llegada la hora, me despedí de mis abuelos, que eran los únicos que se quedarían porque el resto de mis familiares volverían hasta más tarde para la cena, y me subí al coche para disponerme a ir al zócalo.

 

. . . .

LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 3

 CAPITULO 3

LA INVITACIÓN


Después de que la ceremonia se llevase a cabo y yo pasase a unas mesas a recoger mi diploma, nos agruparon a todos para tomarnos la foto grupal. Mientras nos formaban pude ver a Emma, ella también me vio y nos saludamos con una visible sonrisa de que ese día celebraríamos hasta hartarnos.

Una vez tomada la foto grupal, cada quien se fue por su lado para tomarse fotos con sus familiares. En mi caso ese día además de haber venido mis padres también vinieron tíos, primos, pero a quienes más sorpresa me dio ver fue a mis abuelos que, al parecer habían viajado hasta acá para verme graduado.

Camine hasta donde estaban parados todos para saludarlos, pero antes de que pudiese decir algo, un primito se abalanzó sobre mí, se veía muy contento, de seguro estaba emocionado por volver a ver a su primo, o tal vez, estaba emocionado porque lo dejase usar la consola de videojuegos que tenía. Fuese como fuese, agarre y lo cargue para que se divirtiera más.

-Ya estas pesado primito-Le dije de broma para que se enojase.

En cuanto escucho esto agarro y me dio un rodillazo en el estómago que me saco casi todo el aire, por lo que tuve que bajarlo y este salió corriendo con su risita burlona, escapándose sin que yo pudiese hacer nada.

-Ya te atrapare chamaco grosero-Exclame en cuanto pude recuperar el aliento.

Volteé la mirada y vi como todos se estaban riendo de la situación mientras él se escondía detrás de mí tía y me sacaba la lengua burlonamente. Me limite a reírme también y me apresure a saludar a todos los presentes para poder saludar a mis abuelos lo antes posible. Mis padres me abrasaron bastante fuerte, se notaba que estaban felices por mí y por la reunión familiar que se había dado, saludé a todos mis tíos, pero fueron mis tías las que me saludaron con más entusiasmo, diciéndome que cuanto había crecido y que si ya tenía novia, me reí y les dije que también me daba gusto volver a verlas.

Después de la plática, quedaba saludar a mis abuelos, a simple vista estos se veían muy serios, personas de firme convicción que se habían criado toda su vida en el campo, pero la realidad era que ellos son bastantes cariñosos con sus nietos y siempre tenían algo que platicarles. Salude a mi abuela que me recibió cálidamente con un fuerte abraso, y a mi abuelo, que me dio un fuerte un fuerte apretón de manos, que era su manera de expresar su alegría por verme.



Aproveche que mis padres vinieron a hablar con mis abuelos, sin antes estos prometerme que más tarde prepararían la cena y me contarían sus anécdotas que han ido teniendo durante su vida, a simple vista eso sería algo aburrido, pero por alguna razón estas siempre me llamaron la atención. Saludé de puño al resto de mis primos, el pequeño ya se había ido corriendo a jugar con otros niños hace rato, y me fui a buscar a Emma, ya que habíamos quedado para platicar lo que quedaba del evento.

No tuve que buscar mucho para encontrarla, porque en un grupo de compañeros tanto de mi salón como de otros se había juntando en bola al parecer hablando de algo que les causaba mucho interés, y Emma estaba sentada en un banco a unos metros, estando atenta a lo que estaban hablando.

Le hice algunos gestos para llamar su atención, pero no funciono, estaba demasiado concentrada poniendo atención a eso, esto llamo aún más mi atención por lo que decidí acercarme a ella, evadí algunas sillas que estaban acomodadas en el alrededor y llegué a donde estaba.

-Emma-Le saludé, pero al mismo tiempo le hice un gesto con la cabeza para ver qué pasaba.

-Olí-Me dijo, y señalo con su mano una silla que tenía alado y me devolvió el gesto para que me acercara.

Tome la silla y me acerque para ver que estaban haciendo, y de paso platicarle acerca del sueño que acababa de tener y, aun me tenía bastante pensativo.

- ¿Y qué están haciendo? -Le pregunte cuando acabe de acomodarme en la silla.

-Pues por lo que tengo entendido se están poniendo de acuerdo para hacer una fiesta o algo, supongo que para festejar la graduación.

- ¿Y vas a ir?

-No sé, de momento no me llama mucho la atención, solo me senté a escuchar acá porque estaba aburrida. Y dime, ¿tú vas a ir?

-La verdad no lo creo, a mí no me gustan mucho esas cosas, además voy a estar con familiares toda la tarde. Y pues la verdad no creo que me dejen ir ni aunque quisiera. -Tome el teléfono para revisar la hora, faltaban 4 minutos para que dieran las 12.-Oye revisando me acabo de acordar de que te quería contar algo, sobre un sueño medio loco que tuve apenas.

Ella giro su cabeza para verme, visiblemente interesada en saber de qué trataba.

-Haber cuéntame de que trato.

Estaba a punto de platicarle cuando cae en cuenta de que estábamos rodeados de personas, lo que ocasionó que la pena me invadiera por los “detalles” del sueño, a lo mejor pensarían que estoy medio loco o algo así

-Es que hay mucha gente, mejor te lo cuento al rato por mensaje. Le respondí mientras miraba alrededor todas las personas que había.

-Ahora me lo cuentas, ya me disté curiosidad como para dejarme con la duda. -Me respondió, dándome una mirada que me decía que no tenia de otra.

-Está bien pues, pero vamos a otro lado porque acá hay un montón de gente.

Ella asintió, levantándose de su silla para ir a otro lado, yo yendo detrás de ella. Caminamos hasta fijarnos en unas jardineras donde no había mucha gente y aparte se escuchaba menos escándalo, por lo que sería más cómodo platicar. Nos sentamos en un banco que había y procedí a contarle lo que paso.

-Pues mira, como te lo cuento. ¿Alguna vez no te ha pasado que sientes que un sueño es muy real? En plan que despiertas y hasta te preguntas por un momento si realmente paso o no lo de tu sueño.

-Pues sí, una vez soñé que estaba en el asiento trasero de un coche acostada y este de repente frenaba y yo sentí esa sensación que sientes cuando te tropiezas, luego luego me desperté, hasta pensé que a lo mejor en un momento estaba por caerme de mi cama y mi mente reacciono así con ese sueño para alertarme o algo.

-Pues algo así me paso, no se es complicado, veras yo como que me avía despertado en un sitio medio raro, pero te juro que se sentía real, hasta podía como pensar e interactuar libremente con el entorno.

-Mmm, sígueme contando, ¿Cómo era ese lugar?

-Haz de cuenta que era como una especie de cobertizo, porque había un montón de cosas guardadas, y era como rural porque recuerdo que el piso era de tierra ahora que hago memoria, y estaba echo como de piedra y palos, pero bueno, frente de mi estaba la puerta, que era la única que había. -Le conté tratando de ser lo más detallado posible.

-Jajaja me imagino que a lo mejor pensaste que te secuestraron o algo. -Me dijo en tono burlón.

-De hecho, precisamente eso fue lo primero que pensé, pero eso no es lo más sorprendente del sueño, cuando abrí la puerta, había un árbol gigante, lo digo enserio, era más alto que un edificio, y alrededor estaba rodeado como de montañas o cerros, y había mucha neblina.

En ese momento me fije que había 2 de los compañeros que estaban en aquel grupo que Emma estaba escuchando viniendo hacia nosotros, yo le hice un gesto con la mirada señalando hacia su dirección, y ella al darse cuenta me pico la pierna para que disimulara y cambiáramos momentáneamente de tema

-Oliver, Emma, los andábamos buscando.

- ¿Qué paso? -pregunte, sin saber muy bien el motivo.

-Es que varios compañeros de nuestro grupo y de otros grupos andamos planeando reunirnos, tipo una fiesta ya sabes, y les queríamos preguntar a los 2 si querían ir.

-No estoy seguro de que pueda ir yo. -Respondí.

-Yo tampoco estoy segura, pero en el caso de llegarse a poder, ¿Cuándo va a ser y dónde? -Pregunto Emma.

-Pues miren, vamos a ir al kiosco del zócalo a las 5 de la tarde, y de ahí iremos al negocio de un maestro llamado “Gelato”, queda cerca de ahí y aparte ya hablamos con el maestro y acordamos que nos dejaría un espacio.

-De llegar a poder les aviso. -Respondió Emma.

-Igual yo.

-Sale pues. -Dijo despidiéndose con la mano y yéndose junto con el compañero que le acompañaba.

Mire a Emma, estaba feliz de que esta se animara un poco a la idea de ir, no porque a me gusten las fiestas o algo por el estilo, sino porque sabía que era señal de que su ánimo empezaba a subir, y sé que eso la ayudaría.

- ¿Entonces si vas a ir? -Le pregunte sonriendo.

-Te digo que no estoy segura, pero ya viste que nos invitaron y pues sería grosero rechazar la invitación a secas. - Me dijo guiñando el ojo y sonriendo, lo que me hiso asumir que si va a ir. - Y dime, ¿tú vas a ir al final?

-Pues no lo sé, depende de si me dé tiempo y tenga permiso, pero bueno, ¿Qué era lo que te estaba diciendo?

-Lo de tu sueño, estabas contándome del paisaje de un árbol gigante y montañas.

-Cierto, pues bueno yo había visto eso, y de repente, aquí viene la parte más interesante ahora sí, es que escuche una vos que me hablaba, pero era en plan tipo eco, o no sabría cómo describirlo, y de repente me empecé a marear, pero así exagerado y acabe desmayándome, ahí fue cuando por fin desperté en mi cama. 

-Tu sueño sí que estuvo extraño

-Lo sé, pero es que se sintió muy real, casi como si de verdad estuviera ahí, ¿tú que explicación le hallas?, a ti te gustan mucho estas cosas.

-No sé, cuando llegue a mi casa voy a investigar, en cuanto encuentre algo te lo digo.

-Okey

Justo en ese momento mi primito vino corriendo hacia mí, yo me puse a la defensiva por si acaso quería arremeter contra mí con una patada a un codazo nuevamente para yo contrarrestarlo con cosquillas, pero no, en lugar de eso me dijo:

-Oliver, mi tía te habla, dice que te despidas porque ya nos vamos.

Antes de poder decirle algo este se fue corriendo, me asome a ver dónde estaba yendo y en efecto, se dirigía junto a mis familiares hacia la salida, por lo que tenía que apurarme. Me despedí de Emma prometiendo que le hablaría más al rato y le confirmaría si iría o no a la fiesta. Hecho esto me levante y me apure a seguirles el paso hacia la salida.


LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 2

 CAPITULO 2

¿UN SUEÑO?




Abrí un poco mis ojos, pero no pude distinguir nada ya que mi visión estaba borrosa, me acababa de despertar, eso era seguro, pero…algo no estaba bien, una sensación extraña recorría mi cuerpo, un escalofrió, más bien, frio en sí. Me concentré un poco y me di cuenta de dos cosas, lo primero es que no me encontraba en mi cama, ya que sentía que mi espalda estaba posada en una superficie dura, en vez del suave colchón, y segundo, no sentía los rayos del sol de la ventana deslumbrando mi cara.

 Me talle rápidamente mis ojos para tratar de distinguir que estaba pasando, y cuando mi visión se esclareció me di cuenta de que no estaba en mi habitación, mire a mi alrededor y vi que la mesa con mi computadora, mi estante, mi propia cama, no estaban, en vez de eso, estaba en una especie de casa o almacén, mire a mi alrededor y vi un montón de canastas, a un lado de ellas avían 3 jarrones de lo que parecía ser barro, pero lo que más me consterno, fueron unos palos a los que les avían sacado filo, amontonados en un rincón de ese lugar.

Me levante deprisa y me dirigí rápidamente a la única puerta que avía en este estrecho lugar, estaba asustado, me preguntaba cómo es que termine ahí, ¿abre sido raptado?, ¿es acaso una estúpida broma?, ¿estaré soñand…

En cuanto pase por esa puerta, tanto mi cuerpo como mi mente se detuvieron en seco, quede petrificado, frente a mi estaba un paisaje sacado de una película de ficción, un gran bosque rodeado de cerros, y en medio de todo había un árbol gigante, más grande que cualquier rascacielos que hubiese visto en mis viajes a la ciudad, pero todo estaba bastante cubierto de neblina.

Observaba atónito ese hermoso pero bizarro paisaje, cuando de repente, escuche una vos, sonaba casi fantasmal, como si esa neblina esparcida en este lugar me estuviese hablando, susurrando.  No entendía lo que decía, como si se tratase de una lengua distinta, pero transmitía un sentimiento de angustia, como si implorara algo.

De pronto, sentí como mi visión se hacía cada vez más pesada, una fuerte sensación de cansancio me envolvió, traté de luchar por mantenerme en pie, pero fue inútil, cerré mis ojos, y caí al suelo.


. . . .


Me sentía bastante confundido, cuando recupere el conocimiento, ya no me encontraba en ese extraño lugar, volví a mi habitación, se había tratado de un sueño, todo estaba en su lugar, sin ningún rastro de algún palo afilado o canasta, todo fue muy rápido, pero me sentía como si ese sueño hubiese durado una eternidad.

Tomé mi celular para mirar la hora, eran las 4:25 de la madrugada, de seguro no dormí ni 5 horas, y para colmo, hoy es la clausura, andaré todo desvelado este día, pero no me puedo volver a dormir, capas y no me despierto a tiempo, o peor, vuelvo a tener otro sueño como ese, y es un riego que no estoy dispuesto a correr.

Tendí mi cama, decidí que lo mejor sería aprovechar el tiempo despierto, ya que sería un desperdicio no hacerlo, además de muy aburrido. Acabando de tender mi cama, me dirigí a mi computadora portátil para ver la serie que tenía pendiente, ya que no tenía nada más que hacer de momento porque ya había hecho todo lo pendiente ayer.

Mientras buscaba la serie en la brillosa pantalla, me puse a pensar en ese extraño sueño que tuve, se había quedado grabado en mi mente, y por alguna razón, tenía la sensación de que ese lugar se me hacía conocido, aunque no era lógico, a lo mejor habría visto algo parecido en una película y por eso lo había soñado, y simplemente no me acordaba.

No estaba seguro, pero de lo que si estaba, era que se lo contaría a Emma, a lo mejor con eso le subiría algo el ánimo, ya que a ella le gusta mucho eso de buscarle significados a sueños, ya que me decía que dependiendo de qué sueño tuvieras, significaría una cosa u otra, desde un reflejo de la personalidad, hasta visiones de sucesos que ocurrirán. Yo la verdad no creía mucho en esas cosas, pero cuando me las cuenta lo hace con mucho entusiasmo e interés, por lo que si eso la hace sentir mejor pues por mi estaría bien. 

Me senté frente a la pantalla para ver la serie, mientras los protagonistas tratan de escapar de su ciudad porque una nevada masiva ponía en riesgo su supervivencia, yo me tallaba los ojos luchando contra el sueño, en un rato antes de irme a la clausura me cambiare y aprovecharé el tiempo para tomarme un café.


. . . .


Mire por la ventana del coche el cielo cada vez más nublado, antes de irme, mientras desayunaba la extraña combinación de un plátano y café, miraba en la tele un noticiero que, entre las noticias más relevantes de la semana, si es que se puede considerar relevante un artículo que habla sobre beneficios de consumir cerveza, que, durante todo el mes, se estarían presentando fuertes lluvias en la región. Por lo que las posibilidades de que lloviera y terminara todo empapado hoy eran altas.


LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 1

CAPITULO 1
MAÑANA NOS VEMOS


Tras colgar la camisa de mi uniforme, verifique que no tuviese alguna arruga, o mucho peor, alguna mancha de sudor o comida, tenía que estar impecable para el día de mañana. Junto al uniforme estaba el pantalón, el cual momentos antes había contemplado minuciosamente, aún más que la camisa, lo último que necesitaba es que alguien me dijese que tengo un agujero en pleno evento.
Tras abotonar la camisa para que esta no se resbale del gancho, colgué esta y el pantalón en unos percheros que tenía colgados en la pared. Esto era algo bastante común para mí, una rutina diaria, pero esto era diferente, esta era una ocasión especial, y aunque no sería la última vez que hiciese esto, nunca volvería a ser igual.
Antes de continuar, me senté en mi cama y eché un vistazo a mi teléfono. Desbloque la pantalla y revise a ver si tenía algún mensaje. Aunque nadie me había escrito nada, decidí repasar algunas conversaciones para pasar el tiempo, estaban las conversaciones con familiares, los cuales en su mayoría la conversación se componía de mensajes de reflexión y recetas reenviadas.
Continúe revisando las conversaciones más recientes, ahí encontré a mi mejor amiga Emma, que, si bien estuve estudiando con ella desde la primaria, no fue hasta que entramos a la secundaria cuando empezamos a hablar, nos fuimos conociendo mejor y resulto que teníamos bastante en común, compartimos muchos gustos e ideas, lo que fue haciendo nuestro laso más estrecho.
Decidí mandarle un mensaje, a lo mejor podríamos ponernos de acuerdo mañana para después del evento no pasar nuestro último día de escuela tan solitarios, y de paso, celebrar esto, como no, a nuestra manera:
- ¿Oye Emma, estas despierta? - Escribí en el chat, esperando a que me respondiera.
Mientras esperaba una respuesta de su parte, aunque era muy probable que está ya estuviera dormida, seguí revisando la lista de grupos en los que estaba agregado, encontrando los escolares. Eran sobre distintas materias, aunque casi todos estos ya estaban inactivos del todo, solo quedaba uno, que era del grupo en general. 
Aunque nunca me terminaron de gustar, ya que en su mayoría se componía de tareas, mensajes reenviados y alguna que otra pelea absurda entre compañeros, había de admitir que hasta cierto punto extrañaría eso. Tal vez sea porque me acostumbre tanto a la misma rutina, el miedo al cambio o el hecho de no saber que me depara el futuro…quizás simplemente le estoy dando muchas vueltas a esto.

Mientras divagaba en mis pensamientos, mi celular comenzó a vibrar, baje la mirada para ver de qué era. Había recibido dos notificaciones, se trataba de Emma, que me había respondido:
-Hola Oli-Se leía en una de las notificaciones que habían llegado hace un momento.
Ella sabía que no me gustaba que me llamasen así, y por más que se lo decía, lo seguía haciendo, por lo que era inútil tratar de luchar contra el humor tan característico de ella, así que me limite a sonreír y oprimí la notificación para poder responderle lo antes posible, ya que, conociéndola y por experiencia, era capaz de irse a dormir y no responder si no hasta el día siguiente.
En cuanto entre a la conversación, pude leer el segundo mensaje que envió, el cual decía:
-Si estoy despierta, aunque igual ya debería irme a dormir.
-Oye, ¿tú ya estas preparada para el día de mañana? -le pregunte.
Después de hacer mi pregunta, rápidamente ella respondió a esta, por lo que por fin podríamos continuar con la conversación con normalidad:
-Pues lista estoy, lo que si es que sigo sin creerme que por fin vallamos a salir de la secundaria.
-Igual yo,  por fin podremos descansar, o por lo menos un tiempo.-Le respondí, recordando que, fuera de la nostalgia que me daría los momentos que pase con compañeros y amigos, por fin podría pasármela bien: despertarme tarde, poder pasarme horas en la computadora viendo películas, tratar de acabar de leer algunos libros que tengo guardados desde hace meses en un estante, o hacer un maratón de “Nevada Tormenta”, aquella serie que tanto me habían recomendado.
-Pues sí, es lo bueno. -Escribió, cosa que me extraño, ya que cuando salíamos de vacaciones, ella solía ser más emotiva.
- ¿Todo está bien Emma? Es que no parece que estés muy motivada.
-Si lo estoy, solo que, pues este año parece que no iré a ningún lado, ya que mi familia no planeo nada-Dijo, respondiendo a mi pregunta.
A ella le gusta mucho viajar, así que entendí de inmediato como se encontraba.
-Pues, lamento oír eso, pero mira el lado bueno, este año podríamos pasarla bien los dos, ¿te acuerdas cuando nos reunimos con varios compañeros en un café hace unos meses? -Escribí, para tratar de hacer que se sintiese mejor.
-Si me acuerdo, estuvo buena esa ocasión con todos, estuvimos ahí hasta la noche y cuando llegue a mi casa me regañaron, pero fue divertido.
-Ya ves, aun así, la podemos pasar bien.
-Sabes que, tienes razón, son vacaciones, hay que aprovecharlas.
-Exacto-Respondí
-Bueno, hay que prepararnos para mañana.
-Muy bien, por cierto, te quería preguntar si después del evento de mañana lo que reste de la clausura nos reunimos, para no estar solos.
-Me parece muy bien-Me respondió.
-Bueno, MAÑANA NOS VEMOS-Escribí despidiéndome.
-Hasta mañana.
En cuanto acabe de hablar con Emma, apague el celular y, sintiéndome un poco mejor, fui a preparar mis zapatos, que era lo último que me faltaba para de una vez por todas irme a dormir, ya que necesitare despertarme temprano.
Tome el pañuelo que tenía junto al resto de mis otros zapatos y me dirigí al baño a humedecerlo de agua, además podría aprovechar para tomar la cera que estaba guardada y darles una pasada, así no me tendría que preocupar tanto que mañana se llegasen a empolvar. Me levanté de la cama con el pañuelo en mano y salí de mi habitación.
 Mientras caminaba al baño, contemplaba por el pasillo de la casa varios cuadros, algunos eran reconocimientos tanto de la primaria como de la secundaria, otros eran de viajes a distintos lugares a los que he ido. A mí me gusta mucho viajar, aunque no tanto como a Emma, es una lástima que no valla a poder hacerlo este año, pero ya me encargare yo de animarla lo mejor que pueda.

ENSAYO: LA INDUSTRIA Y EL ATEMORIZANTE PORVENIR DE MEXICO Y EL MUNDO

 

Por: Edgar Montañez Lagunas

Es indudable que nuestro mundo se ha visto envuelto en una serie de cambios drásticos, sobre todo durante las últimas décadas, esto debido al claro papel de la influencia humana. Desde la revolución industrial, el planeta comenzó a vivir un proceso de contaminación que no había tenido precedente alguno hasta entonces, la industrialización de las naciones si bien trajo consigo un gran avance en el progreso tecnológico, ejemplo de ello la llegada del ferrocarril y de la industria a nuestro país durante la época del porfiriato, también trajo la producción en masa de dióxido de carbono que día con día era y sigue siendo liberado a la atmosfera, esto debido a que la principal fuente de energía utilizada provenía de la quema del carbón, método que sigue siendo uno de los mayormente utilizados en la actualidad para la producción de energía eléctrica.

Es importante mencionar lo anterior, ya que, para comprender nuestro futuro, resulta imprescindible comprender primero el pasado, y es que, la industria y la contaminación están íntimamente ligados al cambio climático, y este se encuentra estrechamente vinculado con la mayoría de problemas que asolarán al globo en los próximos años, y que traerán una serie de cambios en la vida como la conocemos. Por ello, expondré por qué considero que la industria y las marcas, así como el consumismo impulsivo, jugaran un papel decisivo dentro de los próximos 20 años, y que determinara cual será el futuro que le espera a nuestro país, al planeta y a la propia humanidad.

Primeramente, es necesario comenzar por mencionar el papel trascendental que ejerce la sociedad en el fenómeno del cambio climático, y es que la época en que vivimos es una era marcada por el hiper consumismo, las diversas marcas han tomado gran poder y relevancia gracias a la amplia demanda de las personas por los productos que la propia industria produce, abarcando la industria de la moda, el entretenimiento, la industria alimentaria, electrónica, así como la automotriz, sin embargo, todo este consumo conlleva múltiples consecuencias que se presentan en distintos aspectos: salud, ambiental, social, económico, etc. 

Un perfecto ejemplo de ello es la industria refresquera, esta industria es una de las más extensas a nivel global, y posee además una fuerte presencia en nuestro país, pero que trae serias problemáticas ambientales y de salud ahí donde se es instalada. Desde su producción, la cual requiere enormes cantidades de agua para producir y satisfacer la demanda de sus consumidores, actualmente, nuestro país está siendo azotado por las consecuencias de la desmedida explotación de los mantos acuíferos. Tan solo en la capital, el Sistema Cutzamala encargado de subministrar agua a la Ciudad de México ha padecido de una extrema escases de este vital líquido, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó

que el sistema Cutzamala a la fecha que se elaboró este ensayo se encuentra al 37% del total de su capacidad, representando así el nivel más bajo en su historia.

Uno de los sectores más afectados por la escases hídrica es el agrícola, las múltiples sequias y las dificultades que conlleva el riego de los campos por el difícil acceso al agua en algunas zonas tanto de nuestro país como en otras partes del mundo han ocasionado la perdida de cosechas enteras, cabe resaltar, que, en búsqueda de nuevas hectáreas cultivables, la deforestación de las especies vegetales nativas a contribuido al fortalecimiento del cambio climático.

De igual forma, el factor medio ambiental no debe ser lo único en nuestra lista de preocupaciones, y es que, conforme avanza el desarrollo de las nuevas tecnologías en la industria, de igual forma avanza en algunos sectores la tasa de desempleo, esto debido a que los puestos que antes eran utilizados por una persona ahora lo son ocupados por un sistema mecanizado, y con los avances en IA (Inteligencia Artificial) se espera que esta problemática tome un paso más acelerado. La banca de inversión Goldman Sachs calcula que la IA generativa acabará automatizando 300 millones de los puestos de trabajo actuales.

Afortunadamente, nuestro futuro no es del todo pesimista, y es que, serán la propia industria y el desarrollo tecnológico las que nos brindaran las herramientas para afrontar la crisis climática y atender los múltiples problemas que esta trajo consigo. Durante los próximos años, la transición a las energías renovables tomara un papel protagónico en el escenario mundial, desde Europa, pionera en el desarrollo e innovación de las mismas, se espera que en las próximas décadas sean remplazados todos los vehículos automotores por vehículos eléctricos, además, en su reportaje acerca de las energías renovables, el periodista Michael Trabitzch (2023) afirma que la inversión en energía fotovoltaica y eólica reemplazara otras fuentes contaminantes y se espera estas puedan alimentar a una quinta parte de la humanidad.

Por otra parte, la industria alimentaria ha comenzado el desarrollo de una fuente de carne alternativa a la que es producida por el sector ganadero, la carne sintética se muestra como uno de los desarrollos más prometedores en los años próximos, y es que, si bien en un principio sus costes de producción eran altamente elevados, con su desarrollo se han conseguido reducir estos costes. Además, cabe recalcar los enormes beneficios que esta alternativa proveerá a los consumidores y a la seguridad alimentaria, el Consejo Argentino sobre Seguridad de Alimentos y Nutrición (2024) afirma que implicaría una menor emisión de gases de efecto invernadero, así como de uso de agua, superficies cultivables y energía. 

Existen un sin número de factores más que ponen a discusión el camino que se encuentra cursando las humanidad respecto a su futuro, pero considero indispensable que, como individuos, nos cuestionemos el peso que tienen nuestras acciones, y nos planteemos seria mente el futuro que deseamos heredar a nuestros descendientes, en base a ello, debemos tomar acción sobre aquello en lo que podemos decidir: nuestro consumo, las fuentes de nuestros productos y alimentos, las decisiones políticas y sociales, pero sobre todo, hallar la manera de adaptarnos a las circunstancias, en favor de nuestro medio ambiente, así como de nuestra propia salud y el bienestar de las generaciones futuras.

BIBLIOGRAFIA: 

Anónimo (13 de marzo de 2024). Cutzamala registra nuevo bajón histórico en medio de incendios y falta de agua en hospitales. Aristegui Noticias. Recuperado de https://aristeguinoticias.com/1303/mexico/cutzamala-registra-nuevo-bajon-historico-en-medio-de-incendios-y-falta-de-agua-en-hospitales/

CONAGUA (28 de febrero de 2024). Reporte Completo De febrero 2024. Gobierno de México. Recuperado de https://www.gob.mx/conagua/documentos/almacenamiento-en-presas-del-sistema-cutzamala

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DW Documental. (1 de diciembre de 2023). Pioneros y promotores de la transición energética [Video]. Recuperado de https://youtu.be/mKqd7gfWuig 

DW Documental. (1 de diciembre de 2023). ¿Podrán las energías renovables detener la crisis climática? [Video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=_afNkhMHcTU&t=1909

DW Documental. (12 de marzo de 2023). El consumo de carne y sus alternativas [Video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=E4Ktsqk8yAw

Mark Reyner (12 de septiembre de 2023). 3 formas en que la Inteligencia Artificial está cambiando el futuro del trabajo. El economista. Recuperado de https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/3-formas-en-que-la-Inteligencia-Artificial-esta-cambiando-el-futuro-del-trabajo-20230911-0100.html


DIAS DE AYER

Autor: Edgar Montañez Lagunas.

Era una fría mañana en la ciudad, y para Francisco, su martirio diario no estaba más que por comenzar. Él trabajaba como editor en “Metrópolis”, uno de los noticieros más reconocidos en toda la mega urbe, por lo que su horario de trabajo era muy exigente. Cada día se vestía rápidamente y tomaba un sorbo de su sustito de café instantáneo, el cual replicaba los efectos de la cafeína, con el detalle de que era más dulce que un café con azúcar convencional, por lo que era bastante popular. Pero bien es sabido que el fruto de su popularidad no era distinto al del éxito de todas las demás industrias, su alta accesibilidad, a comparación del café de grano, frutas, y algunos otros productos que en otros tiempos pudieron haber sido considerados básicos y ahora eran todo un lujo. 

Salió de su pequeño departamento en camino a la parada de autobuses más cercana, y al llegar no tardó mucho en que uno apareciese, por lo que le hiso la parada y subió. Como era costumbre, saludo y no recibió respuesta alguna por parte del conductor o algún otro pasajero, a los cuales ya había bautizado como “autómatas”, y no los nombraba así a manera despectiva, en sí, un autómata es una máquina que busca emular al ser humano, y para él, esa falta de humanidad de la gente les hacía adoptar muy apropiadamente este término. Tal parecía que, en la era contemporánea, resultaba una pérdida de tiempo molestarse en cortesías como esa, al fin y al cabo, eran totales desconocidos, pero Francisco no lo veía de esa manera. Pasaba el tiempo, y en el ambiente se sentía una profunda soledad, aun si se encontraba rodeado de personas, aun si en las calles tomadas hace ya tantos años por el automóvil había cientos de personas yendo de igual forma a su trabajo, simplemente él no podía evitar sentir un profundo vacío en todo ello.

Cuando por fin llego a su destino, bajo junto con el resto de pasajeros, eso sí, sin miramiento alguno, tanta era la desconexión de las personas con lo que los rodeaba que, de esa misma forma, nadie noto al hombre tirado junto al tronco de lo que, en algún momento, fue un verdoso árbol de pistache, que, en sus años dorados, hacia compañía a las personas de la parada y las proveía de su sombra. Francisco se sintió mal al ver como todos parecían no darse cuenta de la presencia de aquel anciano, que parecía moribundo por aquella descuidada apariencia, y aun por más lástima que sintiera, no podía hacer nada para ayudarle, debía entrar al edificio de su trabajo lo antes posible.

Entro por el recibidor y fue directo al ascensor, mientras subía a sus oficinas veía como en la pantalla del mismo se transmitían algunos comerciales, entre ellos celulares con tecnología de filtro rejuvenecedor de última generación, suplementos nutricionales que permitan sustituir la necesidad de comer, una nueva compañía de compras en línea...

Cuando por fin llego a su piso, se dirigió directamente a la sala de juntas, la cual tan solo era una mesa al centro con unas pantallas instaladas en la pared, la mayoría de sillas ya acumulaban polvo, y solo eran unas 3 las que toda vía quedaba en verdadero uso. Tomó asiento en una de ellas y se dispuso a esperar a sus compañeros para comenzar la reunión, la cual diariamente se llevaba 5 minutos después de las 7. Pasaron los minutos, hasta que por fin alguien mas entro por aquella puerta, se trataba de su supervisora, una mujer de mirada indiferente, la cual poseía una altura y aura que propiciaban cierto temor y respeto entre quienes la rodeaban.

-Buenos días supervisora. -Dijo Francisco, mientras que parecía estar buscando algo o alguien con la mirada.

-Podemos comenzar con la reunión señor Francisco. - Respondió secamente mientras que encendía el dispositivo frente a ellos.

Francisco nunca dio importancia a la manera tan cortante en que las personas se dirigían a él, pero en esta ocasión decidió tratar de recibir una mejor respuesta, sobre todo porque una duda lo invadía.

-Disculpe la molestia supervisora, pero, ¿no deberíamos esperar a que el señor Ignacio llegue?

-El señor Ignacio ya no trabaja en esta compañía, cualquier duda que tenga al respecto, no se preocupe, le aseguro que cada una de ellas será contestada en la reunión. - Dijo la mujer mientras que tomaba asiento.

No satisfecho con la respuesta, Francisco vio como en el dispositivo desenas de pantallas aparecían, todas ellas de personas que trabajaban en aquella misma compañía, únicamente que desde su hogar. A Francisco se le había ofrecido esa misma alternativa, pero opto por rechazarla, no disfrutaba de mesclar lo laboral con su vida cotidiana, además de que trabajar de esa manera significaría ya no salir de su casa, por no existir un motivo ya para ello.

-Buenas tardes…

Después de aquella reunión, Francisco se encontraba totalmente disgustado, se dedicó el resto de la jornada a cumplir con sus responsabilidades, y en cuanto esta concluyo, decidió ir a buscar al señor Gustavo. Aquel hombre no era ordinario, él ha sido la única persona a la que siempre ha visto con respeto y mucho a grado, consideraba que el tenia algo que no poseía nadie en toda esa ciudad…conservaba humanidad.

El señor Alemán vivía en el barrio antiguo de la ciudad, el le conto que aquel lugar solía ser una de las calles más transitadas, hace ya muchos años atrás, un lugar donde las personas convivían, estaba la iglesia, el mercado, muchísimas áreas verdes donde las personas solían llevar a sus hijos a jugar, ahora, el mercado no era mas que un recuerdo, la iglesia, aunque todavía se conservaba en pie, legado de lo que ese sitio fue muchos años atrás, cayó en el abandono, los lugares verdes y aquellos niños que jugaban en ellos quedaron en la historia como el recuerdo de un ayer que nunca regresaría. 

En cuanto llego a su hogar, lo primero que hiso fue tocar la puerta, pero no hayo respuesta alguna, lo cual fue algo que le extraño enormemente. Permaneció bastante tiempo a la espera, pero fue solo cuando un pequeño papel que sobresalía de debajo de la puerta llamo su atención, que se dio cuenta, la casa había sido embargada. Francisco se consterno bastante, que pudo haber sido del señor Gustavo, en su preocupación, decidió dar vueltas por los alrededores del barrio, en búsqueda de, quizás, hallar a su único amigo y poder ayudarlo.

En su búsqueda, pasando por la antigua iglesia, se dio cuenta que la vieja y deteriorada puerta de madera de la misma se encontraba abierta, esto dio un aire de esperanza a Francisco, quizás ahí lo encontraría refugiado, incluso si no fuera el caso, valía la pena revisar. Camino de la pavimentada calle a un deteriorado y seco patio donde algún día se encontraba el verde jardín que daba la bienvenida al templo. En cuanto llego a la entrada, decidió tocar brevemente la puerta, al no recibir respuesta, se asomó, pero no observo más que oscuridad, y la falta de mantenimiento provoco goteras que le daban un ambiente tétrico al sitio, pero más allá de aquella penumbra, visualizo al fondo una tenue luz tras una puerta. Aun con cierto temor, tomo valor y se adentro en la capilla, camino con mucho cuidado de donde ponía pie, hallando únicamente restos de lo que anteriormente se usaba en las misas de aquel lugar, adentrarse cada ves mas era como estar en un mundo nuevo, un mundo que ya había sido olvidado por la modernidad. Llego al sitio de origen de aquella luz, coloco su oído en la puerta para ver si podía escuchar a alguien, pero en el descuido esta se abrió, descubriendo una habitación ordenada, la cual era iluminada por las velas, algo inusual en aquellos años, y que se hallaban sobre una mesa, y junto a esta, alguien se encontraba sentado. Miro con atención, y se dio cuenta que la persona sentada no era nadie mas que el mismo hombre que vio tirado junto a aquel árbol en la mañana, pero lo sorprendente fue cuando aquel hombre le llamo.

-Francisco, que gusto me da verte. - Dijo aquel hombre mientras se quitaba el gorro y el suéter sucio que lo cubría.

-Señor Gustavo. -Exclamo Francisco atónito al descubrir la identidad de aquel hombre.

Gustavo invito a pasar a Francisco, recibiéndolo con una tasa de té y acercándole una silla, ambos hombres comenzaron a conversar, Gustavo explico que, aun a pesar de los años sirviendo a aquella compañía, había sido remplazado sin previo aviso. Fue ahí cuando Francisco le explico.

-Las maquinas tomaron su lugar señor Gustavo, y muy pronto correré con su misma suerte- Dijo mientras probaba la inusual bebida de la tasa. - Las inteligencias artificiales están tomando el rol intelectual que antes realizábamos, y no tardaran en reemplazarnos por completo, incluso aquellos que yo bautice de autómatas, que entregaron su vida a la productividad, se darán cuenta del mundo que crearon, y que ni ellos mismos podrán encajar ya en el por no seguir el ritmo.

-Sabes…hace un siglo, cuando esta urbe aun conocía los arboles y la comida que no venía empaquetada, vivimos un suceso similar, las maquinas en aquel entonces primitivas nos habían quitado el trabajo en las fábricas, e incluso en ese entonces ya comenzaba a verse su presencia en los campos de cultivo. Nos costo mucho adaptarnos, veíamos como aquellas historias de ficción se hacían realidad…eres todavía un niño, y tu generación esta a tiempo de cambiar las cosas. -Dijo levantándose de su silla y tomando del hombro a Francisco. -Vivan, disfruten la vida, valoren aquello que los hace humanos, su espíritu, su amor, su esperanza y sueños, y no busquen la perfección, porque ello únicamente se alcanza abandonando toda humanidad, y ello los traerá de regreso aquí.

- ¿A qué se refiere señor? - Francisco estaba confundido, pareciera como si aquel hombre fuese un viajero del tiempo advirtiéndole sobre un futuro que ya había llegado, pero entonces, ¿porque advertirle de algo que ya ha sucedido?.

-Despierta. -Fue lo último que dijo aquel hombre.

Entonces Francisco despertó en su cama, su despertador le avisaba que debía prepararse para ir a la escuela. Corrió a asomarse por la ventana, y se sintió aliviado de no hallar la ciudad, únicamente observo a los árboles que se mecían con el viento, y un soleado y cálido paisaje que le trajo una paz indescriptible. Fue a la cocina y vio aliviado como no había nada comida empaquetada, únicamente el pan fresco y las frutas que compro el día de ayer. 

Salió de su casa directo a la escuela, y se sintió feliz al ver como las personas se saludaban, no estaban inmersas en algún dispositivo o enjaulados en sus casas, Francisco se dio cuenta de lo bello que era su presente, y lo hermoso que es vivir con humanidad.

(Cuento ganador del tercer lugar a nivel estatal del ENAC 2023)


UN DATO CURIOSO DE UNA BEBIDA FABULOSA

El primero de octubre es conmemorado a nivel internacional el día internacional del café.

El café toco suelo mexicano en 1790, en lo que era en aquel entonces la Nueva España, desde entonces comenzó su recorrido hasta llegar a convertirse en el café mexicano que consumimos hoy en día.

“El vencedor del té, el caliente néctar”

“El hachís de América, que hace soñar y no embrutece”

-Palabras del escritor, filosofo, político y pensador José Julián Martí Pérez, considerado el iniciador del modernismo literario en Hispanoamérica, haciendo referencia al café michoacano.




EL PEQUEÑO LUIS Y LA FLOR DE CEMPASUCHIL.

Por: Edgar Montañez Lagunas

En una tarde de noviembre, el pequeño Luis se encontraba corriendo alegremente por las empedradas calles de su pueblo, el pequeño estaba emocionado ya que esa noche parecía ser que iba a haber una fiesta. Al pasar corriendo junto a la iglesia, las señoras que estaban ayudando a decorarla le saludaron muy alegremente: 
- ¡Ahí va el pequeño Luis! - Decían algunas, mientras que otras le recalcaban que tuviese cuidado de no tropezar.
Cuando llegó a su casa, su abuela lo recibió muy cariñosamente, y éste, como no era para menos, aprovecho para saciar aquella duda que tenía:
-Abuelita ¿Qué se está festejando que todos están decorando tantos altares con tantos colores variados?
 Al oír esas palabras, muy maternalmente ella respondió:
-Mira mijito, estamos decorando porque hoy nos va a visitar tu abuelito. 
El muy confundido, le cuestionó esa afirmación: ¿Pero que no el papito se había ido con diosito hace años? Su abuela soltando una pequeña lagrima, aunque sin alterar su ánimo, le respondió: Así es mijito, pero hoy su espíritu nos va a acompañar a cenar. 
El pequeño aun confundido no tuvo tiempo de preguntar otra cosa porque su abuela le hizo un encargo: 
-Mira mijito, llévale estos ramos al padrecito Diego, que los va a ocupar, ahorita ha de estar en el panteón.
Sin titubear, el pequeño Luis fue corriendo con los ramos en sus brazos, estos eran de tonalidades naranjas y amarillas muy fuertes a la par que emanaban un peculiar olor que resultaba agradable. Al llegar al panteón, se puso a buscar al padre Diego, pero no se visualizaba por ningún lado, al seguir avanzando, miro como sentado en una lápida, había lo que pacería una persona, pero que no pudo distinguir por su atuendo: un amplio sombrero, un sarape, además de que alcanzo a apreciar la funda de un machete en su cintura, esto lo asusto un poco, pero al ver que el señor solo estaba sentado decidió ir hacia donde el, al acercarse se dio cuenta por su tararear que se trataba de un hombre mayor.
- Muy buenas noches señor, disculpe le moleste, pero ¿no ha visto al padrecito Diego por aquí? - A lo que el misterioso hombre casi enseguida respondió: 
-Acaba de salir a buscar algo joven, por lo mientras espéralo aquí.
 El niño se sentó en una piedra que había por ahí botada, y se dispuso a esperar, pero repentinamente el hombre comenzó a hablar: 
- ¿Para quién son esas flores muchachito? - El niño respondió que el padre las necesitaba para decorar. A lo que el hombre respondió: 
- ¿Y a quien esperas hoy muchacho? - El niño estaba confundido, ya le había dicho que estaba esperando al padre Diego, ¿será que tomo de más el señor?
El hombre al denotar la confusión del niño dijo: 
-Te notó confundido, así que asumo que no sabes que es este día, ¿verdad? - El niño en su visible confusión le respondió que no. - Pues mira, hoy celebramos a aquellos que quisimos mucho, pero que ya no podemos estar con ellos.
Sin previo aviso, el hombre tomo una de las flores y le dijo:
-Esta flor, aunque no lo creas, es mas que una simple decoración, simboliza la luz. - Dijo mientras se quitaba su sombrero. - Nuestros ancestros la relacionaban con el sol, pero la realidad, es que va mas allá, simboliza la luz de la esperanza, del amor que siente un ser humano, y que prevalece hacia sus seres queridos, aun después de muertos.
-Ahora que lo dice…supongo que entonces estoy esperando a mi abuelito- Dijo, poniéndose algo triste por no haber podido conocerlo en vida.
-No te me awites Luisito, te aseguro que el vendrá, y siempre que allá amor en tu corazón y paz en tu alma, tu abuelito estará más que contento contigo, ten en mente estas palabras, y no olvides los valores que te dio tu abuelita. -Dijo mientras le acariciaba la cabeza, para posterior mente señalar al frente suyo, haciendo que el pequeño Luis voltease. - No te entretengo más, que ahí viene el padre Diego.
-Disculpe pequeño, ¿usted no es el nieto de la señora de Paz? - A lo que el pequeño Luis contesto afirmativamente. - Excelente, acompáñame por favor, ocuparemos esas flores, y necesitare de tu ayuda para acabar de decorar el altar de afuera de la iglesia.
Cuando estaba por despedirse de aquel hombre, este ya no estaba, lo que, si noto, es la flor que había tomado, la cual estaba encima de aquella lápida en la que estaba sentado, al leerla, quedo atónito al contemplar su grabado: “Aquí yace Luis Paz, gran esposo, padre y abuelo”.
Pasada la tarde, y al caer la noche, el pequeño Luis no se quitaba de la mente lo que había pasado. Al mismo tiempo, le fueron regresando algunos recuerdos que no habría tenido en mente antes, como si se tratase de una noche de estrellas fugases, aparecía su abuelo, aquel que siempre le decía mientras se encontraba en sus brazos sobre las creencias y costumbres relacionadas al “Dia de los santos difuntos”, de colocar una ofrenda como muestra de afecto y cariño a sus seres queridos que ya habían partido. Tradición que ahora ha seguido su abuelita…Todo cobraba sentido en ese momento.
Camino a la ofrenda, aquella de colorido aroma de la flor de cempasúchil y el incienso de copal, frutas, comidas, panes, sal y agua bendita. Miro el retrato de su abuelo, y con cálido sentimiento de amor coloco aquella flor que encontró, junto a aquel, que, sin ser del todo consciente de ello, le habría dejado una lección tan importante para el resto de su vida.

(Cuento ganador del segundo lugar estatal en el ENAC 2022)

OPINIÓN: La lectura…la piedra en el zapato del mexicano.

Autor: Edgar Montañez Lagunas.

Es bien sabido que el mexicano no ha sido conocido por la virtud de la lectura, podríamos citar a muchos escritores y artistas, desde la ilustre escritora novohispana Sor Juana Inés de la Cruz, pasando por Juan Rulfo y Octavio Paz, hasta llegar a ejemplos más contemporáneos como Paco Ignacio Taibo II, sin embargo, esta muy presente el dicho de que “En México existen muchos escritores, pero pocos lectores”. Con estas afirmaciones presentes queda preguntarnos ¿será esto cierto?, ¿Qué tanta verdad y que tanta mentira existen en este estereotipo?, ¿Cómo repercute esta indiferencia cultural en nuestra sociedad y el futuro de nuestra nación?, ¿Por qué el mexicano llega a aborrecer y temer a los libros? Todas estas interrogantes las buscare responder de la mejor forma posible en el presente ensayo y, de ser posible, cambiar la percepción hemos idealizado sobre este tema, tanto a los que promueven la lectura, como a los potenciales lectores.

Según las estadísticas proporcionadas por el INEGI por medio del Módulo de Lectura (MOLEC), por persona se leen aproximadamente 3.4 libros al año, si bien es cierto que esta cifra ha aumentado a comparación de la obtenida 25 años atrás en una encuesta realizada en la Ciudad de México en 1995, que había dado como resultado que al año en promedio se leía medio libro, continua siendo este un escenario nefasto, más aún si consideramos que ocurre en la actualidad, dejando a nuestro país a nivel mundial como uno de los que menos tiempo su población dirige a este hábito. Una ves consideramos esto, probablemente te preguntes ¿en que nos afecta esto?, la respuesta es tan simple como compleja a su vez, y es que repercute en todo.

Si observamos con detenimiento el panorama global, nos daremos cuenta de que existe una constante que entrelaza a la lectura con el estado de las naciones, y es que no falta razón cuando citamos la frase “La verdadera riqueza de las naciones es su capacidad para generar talento”, la cual podemos interpretarla como que la riqueza y éxito de los países siempre recae mayoritariamente en sus habitantes y su calidad en educación. Para demostrar esto, podemos citar uno de los ejemplos más reconocidos, Japón, y es que, a pesar de su reducido territorio y su incapacidad para exportar recursos naturales, este país es en la actualidad uno de los más desarrollados, líder en desarrollo de tecnologías, además de contar con uno de los índices si no que con el menor índice de crimen a nivel global, convirtiéndolo a su ves en uno de los países mas seguros. Con lo anterior presente, no es de extrañar que el promedio de libros leídos al año por sus habitantes sea de 48.

Con lo antes dicho como precedente, podemos deducir que no se trata de una casualidad el que la lectura sea un factor crucial para definir la calidad de vida y el futuro de una nación. Entonces, ¿Por qué a pesar de todas las ventajas que presenta, nuestra nación se encuentra rezagada en este hábito? La respuesta podría hallarse en múltiples factores, pero considero que existe uno en específico, al cual me gustaría hacer especial énfasis, y es que desde una edad temprana, se nos idealiza a la lectura como un habito que solo puede tener gente culta, haciéndonos creer por lo tanto que es solo una fastidiosa obligación más, provocando un sentimiento de frustración en aquellos que no logran darle buen cobijo por su cuenta, provocando a su ves que estos menosprecien a manera de bullying a los que si la practican, dando como resultado a futuro un sentimiento instintivo de rechazo a esta. Quizás, lo mejor que podríamos hacer, no sea glorificar a la lectura como algo que solo los mas ilustres logren alcanzar y disfrutar, si no inculcándola a las nuevas generaciones como algo normal, un medio que si lo forjas como un gusto y diciplina te podrá llevar muy lejos.

- “¿Que armas más poderosas que las ideas? Ni tenemos otras, ni las hay mejores” Manuel Gómez Morin.



LO QUE OCULTAN LAS HOJAS CAP 8

CAPITULO 8 DESPIERTA, YA LLEGAMOS   Ya llevaba un buen rato caminando, estaba atento del rudimentario camino de tierra para no tropeza...